10 de maig 2022

QUEDARON QUE QUEDARÍAN

El posibilismo político hace extraños compañeros de viaje. Es el caso de PSOE y ERC. En ERC nunca han visto con buenos ojos al PSOE. Para ellos, el socialismo español es la versión más o menos “light” de la derecha pura y dura. Sin embargo, saben que para avanzar en eso que llaman “las libertades nacionales” solo el PSOE, a nivel estatal, les puede dar cuartelillo.

 En la otra orilla, los republicanos tampoco son demasiado bien vistos ni por los cuadros ni por las bases del socialismo. Quizás fue Rodríguez Zapatero quien hizo los intentos más serios para tender puentes sólidos de complicidad entre ambos partidos, pero la falta de empatía y la acritud de Carod Rovira y los suyos dinamitaron cualquier posibilidad de una entente duradera, más allá de los acuerdos por necesidades del guia politica. 

 Ahora, la coyuntura política hace que el PSOE necesite a ERC, como el aire que respira, para agotar la legislatura, y viceversa. Hasta el momento, el Gobierno de Sánchez ha salvado la papeleta, cuando ERC les ha dado la espalda, con la suerte y la geometría variable. En lo que llevamos de año han sido dos veces. La primera, en febrero con la reforma laboral y la segunda, hace apenas quince días, con el decreto de medidas para la reactivación económica. Pero en el Ejecutivo saben que no se puede caminar de manera sistemática por el filo de la navaja, el riesgo es demasiado elevado.

 El caso Pegasus ha encrespado   mucho los ánimos, tanto entre los socios de investidura como en la coalición que forma el Gobierno. La reconstrucción acumula ya muchas tensiones, quizás excesivas, pero ninguno de los socios quiere romper. La intención de unos y otros es completar la legislatura. Ninguna de las partes, contempla una ruptura abrupta en un momento de serias dificultades para el Gobierno. Sin embargo, en ocasiones, da la sensación de que los miembros del Ejecutivo del partido más pequeño se lo pasan mejor haciendo de oposición que gobernando. Ante esa situación, no nos ha de extrañar que en la derecha no sean pocos los que ya imaginan a Feijoo esperando un autobús con destino a la Moncloa.

 ERC, mal le pese, no puede romper con los socialistas, a no ser que quiera quedar a merced de Junts y el talibanismo indepe que acecha por las esquinas. Y, por si la situación no era suficientemente delicada, solo faltaba el affaire Pegasus para quebrar, un poco más si cabe, la débil confianza que existía entre PSOE y ERC. Si los republicanos rompen con la mayoría de la investidura se descolgarían de lo que se supone que son las fuerzas progresistas en el Congreso. Además, admito que su apuesta por el diálogo con el Gobierno central ha fracasado, y eso sería tanto como caer en los planteamientos de Junts.

 Por otra parte, los republicanos saben que la sociedad catalana no está para verbenas políticas. Más de diez años de proceso, la crisis de la pospandemia y los efectos de la guerra de Ucrania han generado tal desasosiego en el ánimo de ciudadanía que hace que no quiera experimentos ni con gaseosa.

 No le quiero quitar hierro al asunto, pero es innegable que el tema de las escuchas viene a complicar —y mucho— la situación. No obstante, no hay que perder de vista que el CNI admitió haber llevado a cabo 18 seguimientos con autorización judicial; uno de ellos al actual presidente de la Generalitat. Ahora bien, hay que saber que ese espionaje telefónico se llevó a cabo, en otoño de 2019, tras los disturbios que se producen por la sentencia del tribunal Supremo a los líderes del proceso. Se da la circunstancia que eEn el caso de Aragonés, el móvil interceptado no sería el institucional, sino un segundo dispositivo utilizado para contactar con grupos violentos como los CDR (Comités de Defensa de la República). En aquellas fechas Pere Aragonés era vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, a la vez que coordinador general de ERC desde septiembre de 2019.

 Por otra parte, según hizo público, el pasado 2 de mayo, en un excelente artículo publicado en el semanario El Triangle su director Jaume Reixach, en el que relataba que: “El 26 de octubre de 2017 la Policía Nacional confiscó 36 cajas con documentación sensible a las puertas de una incineradora y es así como se pudo saber que decenas de personas habían sido objeto de seguimiento y de espionaje por motivos políticos por parte de los Mossos d'Esquadra, sin ningún mandato judicial que los avalara” . Me ha parecido oportuno reproducir aquí las afirmaciones de Reixach por si alguien se quiere rasgar las vestiduras, ante las aberraciones del pérfido Estado español, aunque conviene que no olvide que en todas partes cuecen habas. Ah,   por cierto, de ese espionaje llevado a cabo por la policía catalana, es la hora que alguien dé alguna explicación.

 La cuestión es que pronto hará un año que se concedieron los indultos y, desde entonces, no se ha avanzado, prácticamente en nada. Desde luego, será imposible hacerlo, o casi, mientras los independentistas no se retiren de su aspiración de amnistía y referéndum de autodeterminación de los temas a tratar. Quizás ha llegado el momento en el que el Gobierno sea audaz, mueva ficha y ponga encima de la mesa la posibilidad de reformar el tipo penal de los delitos de sedición y rebelión. A cambio, ¿qué reivindicación están dispuestos a retirar a los independentistas?

 En el acto de clausura de las jornadas del Círculo de Economía, coincidieron unos breves instantes los presidentes Sánchez y Aragonés y, aunque no ha trascendido nada de lo que hablaron, parece que “quedaron que quedarían” .

 Hay que ver cómo evolucionan los acontecimientos en los próximos días, pero unos y otros no pueden obviar que, si se deja escapar esta oportunidad, pasará mucho tiempo hasta que se vuelva a dar una conexión de fuerzas tan favorable, al menos en teoría, para solventar el problema catalán. Además hay otra cuestión que nadie debería echar en saco roto. La extrema derecha está llamando a las puertas de Europa y en España la extrema derecha ya ha comenzado a sentarse en algún gobierno autonómico. Si la izquierda sigue en esta deriva, los de Vox no tardarán en formar parte del consejo de ministros.

 

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 05/09/2022

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