16 d’octubre 2012

PRESUPUESTOS CONTRASTADOS


No solo de pan vive el hombre,

sino de toda palabra que sale de

la boca de Dios



Me ha parecido oportuno empezar este artículo con una cita bíblica, puesto que en Cataluña llevamos semanas vertiendo ríos de tinta, opinando sobre el órdago de Artur Mas y su camino hacia Ítaca. Pero estamos dejando de lado que la vida sigue y el Gobierno que preside Mariano Rajoy ha presentado los presupuestos para 2013. Unas cuentas que nos afectan a todos de manera directa.

Según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, 2013 “será el último año de la recesión”. Basta echar un somero vistazo a las cuentas para poder augurar, casi sin margen de error, que es muy poco probable que ese pronóstico se cumpla. Más bien todo lo contrario. Esos presupuestos tienen más pinta de rémora que de acicate para generar la tan deseada, como necesaria, recuperación económica.

La deuda pública pasará del 85,3% en 2012, al 90,5% en 2013, debido principalmente a las ayudas públicas a la banca La inversión en infraestructuras caerá un 15%. El recorte de la sanidad rondará el 28% -casi nada-. Y las prestaciones por desempleo se reducirán un 6,3%, lo que significa que el consumo también se resentirá.

De todos modos, y a pesar de que descienden las prestaciones por desempleo, al encontrarnos en un proceso de recesivo, es más que previsible que el número de desempleados aumente y eso haga que la partida prevista para cubrir esta contingencia crezca por encima del 25% de lo presupuestado inicialmente. Pero es que además, eso hará que la subida de las pensiones sea incompatible con el compromiso adquirido en el Plan de Estabilidad de limitar los gastos en prestaciones sociales en el 15,9%.

En estas circunstancias, lo que resulta sorprendente es que el ministro de Hacienda no se sonrojara al calificar este presupuesto de “marcadamente social”. De hecho, el FMI (Fondo Monetario Internacional) ya ha hecho saber que según sus análisis el PIB para 2013 tendrá una caída 3 veces superior a la anunciada por el Ejecutivo.

Estas previsiones sintonizan con la de los expertos consultados, los cuales sostienen que la estimación de los ingresos se ha sobredimensionado para cuadrar el déficit. Opinan que cualquier crecimiento previsto en impuestos que dependan de la actividad económica (IVA, IRPF) es poco realista. Pensar que en 2013 los ingresos presupuestarios aumentarán en más de 13.000 millones y los ingresos totales alcanzarán los 124.000 millones, es poco menos que soñar una utopía. Estos planteamientos ponen en tela de juicio la credibilidad del Gobierno a la hora de hacer números, y hacen prever repercusiones nada deseables en los mercados.

Pero lo que se pone en evidencia, es que una vez más la carga de la crisis la han de soportar los colectivos más débiles de la sociedad, parados y pensionistas, y los recortes se ceban en uno de los pilares del Estado del bienestar, la sanidad

Estos presupuestos contrastan profundamente con los aprobados, días atrás, por el Gobierno que preside Françoise Hollande. Pese a que el Ejecutivo galo ha aprobado las cuentas más restrictivas de las tres últimas décadas, lo ha hecho con criterios diametralmente diferentes a los utilizados por Mariano Rajoy y su equipo económico. El Gobierno francés ha previsto un recorte de 37.000 millones de euros que correrán a cargo de los ciudadanos más ricos y de las empresas que más beneficios generan. Según declaraciones de la portavoz del Ejecutivo: “el 90 por ciento de los franceses, clases medias y populares no pagarán más renta, El esfuerzo lo harán el 10% que más tiene y de entre estos de manera especial el 1% más rico”.

Ese 10% que mencionaba Majad Vallaud-Belkacem (portavoz del Ejecutivo) lo deberán asumir, con sus rentas e ingresos, para conjugar dos tercios del ajuste; el resto se obtendrá por las congelaciones de casi todos los departamentos, a excepción de Educación, Justicia y Seguridad, pero si se reducirá el gasto en otros como en Economía o Defensa. Casi igual que los nuestros. No hay duda que estos presupuestos son un soplo de esperanza para que la izquierda europea siga creyendo que es posible enfrentarse al poder financiero y mantener el Estado del bienestar.

Es verdad que partimos de realidades económicas distintas, pero no es menos cierto que aquí, en España, el Gobierno ha hecho de la austeridad un dogma. Mientras que el Gobierno francés está actuando -y estos presupuestos son una prueba- con filosofía de izquierdas y de esa manera se preserva el Estado del bienestar, se fortalece la posición de las clases medias y populares y se hace que aquellos que más se beneficiaron en las épocas de bonanza sean ahora los que apechuguen con la parte menos amable de la situación.

Resulta curioso que, ahora, cuando los apóstoles del liberalismo dan por hecho el fin de las ideologías, éstas se hacen más vigentes y necesarias que nunca. Puesto que de no aplicar criterios progresistas de redistribución de la renta, cohesión social y todo aquello que estos principios llevan aparejados, volveremos a los estándares sociales del siglo XIX.



Bernardo Fernández

Publicado en La Voz de Barcelona 15/10/12





CONTAMINACIÓ AMBIENTAL

És veritat que el PSC no està, ni de lluny, en el seu millor moment, ara bé, l’enquesta publicada pel CEO el passat dia 10 d’aquest mes d’octubre és gairebé un insult a la intel•ligència.


Per començar, és una enquesta "petita", de només 800 entrevistes telefòniques, amb un marge d'error de gairebé +3,5% per les dades globals, el que no permet fer atribució d'escons. Però és a més, l'enquesta es va realitzar entre el 26 de setembre i el 3 d'octubre, en un context dominat pel debat independentista, el que provoca que la mostra tingui un fort biaix polític, que afecta les dades globals.

Per altra part, és evident que el vot a CiU i a ERC està sobre representat en la mostra respecte del vot real de 2010. CiU va obtenir un 38,5% del vot vàlid a les últimes autonòmiques, però en aquesta enquesta els que recorden haver votat per CiU són el 48%, nou punts i mig més. El mateix passa amb ERC, que va obtenir el 7% del vot el 2010 i a l'enquesta té un record de 16%, nou punts més. Curiosament el vot al PSC i al PP està infra representat a l'enquesta. Cinc punts menys pels socialistes i set menys pels populars.

Això és fruit de la mobilització o desmobilització dels electorats. En un context com l'actual, els votants nacionalistes tenen ganes de contestar enquestes, mentre que els altres no, de manera que la mostra resultat (els 800 entrevistats finals) pateix un biaix considerable a favor dels primers.

Malgrat aquestes afirmacions, val a dir que l’enquesta té la seva validesa. Ara bé, cal agafar els resultats amb cura i a qüestionar-se quina part és "real" i quina fruit del biaix de la mostra. Que el PSC sigui la quarta força en "intenció de vot", no vol dir que l'enquesta digui que quedarà quart el 25N.

Per tenir una aproximació del que podria passar el 25N cal convertir la "intenció de vot" en "estimació de vot" i això el CEO no ho fa

El que si és cert´, és que l'enquesta permet fer-se una idea de la situació electoral just acabat el debat de política general, admetent que existeix, fruït del moment polític, una forta contaminació ambiental.

En conseqüència, l'enquesta el que fa és dibuixar un escenari de gran incertesa, amb una altíssima taxa d'indecisos (47%, amb els que no contesten), fenomen que també s'observa a les enquestes per a tota Espanya i a les prèvies de Galícia i Euskadi.

Aquesta és la situació, i encara que en aquests dies sortiran enquestes a dojo, no ens deixem entabanar i no oblidem que la única bona, és la del 25-N.


Bernardo Fernández

Publicat a e-notícies 14/10/12

11 d’octubre 2012

CONTRADICCIONES DE LA HISTORIA

Algunos opinadores, de esos que pontifican cuando hablan, sostienen que Artur Mas pasará a la historia como el gran estadista que dotó a Cataluña de estructuras de Estado y que llevó a su pueblo por el camino de la soberanía plena.


El tiempo da y quita razones, pero la realidad, a día de hoy, es que la obra de Mas al frente del “Govern dels millors”, en la legislatura más breve del Parlament, es más que discreta. Veamos.

La verdad es que CiU sólo ha cumplido una de sus principales promesas: eliminar el impuesto de sucesiones. Los nacionalistas catalanes aseguraron en la campaña electoral que reducirían el paro a la mitad en cuatro años, pues bien, en dos años ha aumentado de 686.000 a 821.000 personas. Se propuso una sustancial rebaja del fracaso escolar, que en 2009 era del 29%, ahora se ha quedado en el 26%. Asimismo, en estos 21 meses, los empleados públicos han visto reducido su salario entre el 5% y el 15%. En sanidad han aumentado las listas de espera de 56.000 a 80.000 pacientes. La renta mínima de inserción (último recurso de cohesión social), se ha retirado a 7.127 familias que antes de reformar las condiciones de percepción la recibían.

Y todo esto, sin tener en cuenta otros asuntos, no menores, como la supuesta corrupción de altos cargos de la Diputación de Barcelona, el caso Palau, los presuntos amaños en los concursos de las estaciones de ITV o la posible corrupción en la sanidad, entre otras minucias.

Con este bagaje, lo lógico sería que, en las próximas elecciones, la ciudadanía enviase a Artur Mas a su casa por una larga temporada; aunque lo más probable es que pase a la posteridad como el primer gobernante europeo a quien su política de ajustes no pasó factura electoral. Y es que ya se sabe, la historia está llena de contradicciones.



Bernardo Fernández

Publicado en ABC 10/10/12

PROS Y CONTRAS

Hasta hace poco más de dos años la sociedad catalana se proyectaba al mundo como un tapiz de vistosas contradicciones, un poco victimista, algo narcisista, atormentada y quejosa. Pero nítidamente mediterránea, hedonista y con un alto nivel de vida.


La sentencia sobre el Estatut del Tribunal Constitucional en julio de 2010 y la crisis económica han sido el caldo de cultivo adecuado para que la falta de visón y las estrategias políticas corto-placistas, aunque de alto rendimiento electoral inmediato, pongan en riesgo de extinción aquello que costó sangre, sudor y lagrimas construir.

En Cataluña, hemos vivido un mes de septiembre de infarto, Casualidad o no, los acontecimientos políticos se han sucedido en cascada. Primero fue la impresionante manifestación del 11-S, pocos días después la entrevista de Mariano Rajoy y Artur Mas con la propuesta de pacto fiscal sobre la mesa y luego, sin solución de continuidad, el Pleno del Parlament de Cataluña sobre Política General, en el que Artur Mas ha anunciado elecciones para el próximo 25 de noviembre.

Estoy convencido de que el presidente Rajoy proporcionó al president Mas el pretexto para avanzar las elecciones. Como dijo acertadamente Joan Herrera, líder de ICV, Artur Mas llegó a La Moncloa como president y salió como candidato. En su diario del pasado 23 de septiembre Miguel Iceta, diputado del PSC, escribió:

Es bastante evidente que Artur Mas seguía un guion ya prefijado desde hace mucho. Y eso explicaría la negativa de CiU para acordar la propuesta de pacto fiscal con el PSC. Los nacionalistas prefirieron pactar con ERC, si bien sabían que la propuesta que aceptara ERC no sería negociable con Rajoy y, por lo tanto, no se obtendría la llave de la caja, pero sí al menos la llave para convocar elecciones cuando le conviniera a él y a su partido.

Recordemos que el president Mas fijó como objetivo de la legislatura en su discurso de investidura el “pacto fiscal”, envuelto en una nebulosa “transición nacional”. Una transición nacional que no parece que ahora se aclare mucho más: “No somos independentistas, pero queremos un Estado propio”.



Aún no hace ni dos años que Artur Mas accedió a la más alta magistratura de Cataluña. Fue tras una intensa campaña electoral realizada bajo el eslogan: “Una Cataluña mejor”. Tras la victoria constituyó el “Govern del millors” para acabar con la crisis y retornar a las épocas más gloriosas de la Cataluña “rica i plena”. Pues bien, la realidad, a día de hoy, es sustancialmente diferente.

Esta legislatura, que ahora se acaba, ha sido la más corta de la historia del Parlament. Las arcas de la Generalitat están absolutamente vacías, el Ejecutivo catalán ha solicitado al Gobierno central un rescate de 5.023 millones de euros, y todo eso a pesar de que el mencionado “Govern dels millors” ha metido la tijera sin compasión en la sanidad, la educación, los servicios sociales y los salarios de los funcionarios entre otros.

Prometieron reducir el paro a la mitad, pero la verdad es que la tasa de parados ya supera las 800.000 personas. El gasto por habitante ha retrocedido a los niveles de 2006 y este año con 3000 profesores menos, hay que dar clase a 30.000 alumnos más. Asimismo, los catalanes tenemos el dudoso mérito de ser pioneros en el copago sanitario con el euro por receta. Ahora bien, justo es reconocer que una de las promesas que CiU realizó en 2010, eliminar el impuesto de sucesiones, la ha cumplido a rajatabla. Las consecuencias de esta forma de gobernar, son fáciles de suponer: un Estado del bienestar agonizante.

Por otra parte, la sombra de la corrupción ha planeado de forma constante en esta legislatura. Desde el caso Palau, que se arrastraba del anterior mandato, salpicando de pleno CDC, hasta el caso de las ITV, el caso de las cajas de ahorros o los escándalos sanitarios.

Resulta bastante evidente que si las próximas elecciones al Parlament se realizaran en un clima de normalidad todo lo citado debería pasar factura a las fuerzas políticas que han formado parte del gobierno, pero las cosas casi nunca son lo que parecen y en Cataluña menos. Por eso, para evitar pagar facturas en clave electoral, Artur Mas ha tensado la situación hasta el límite de lo posible e incluso un poco más, esperando que, de ese modo, la ciudadanía vote más con el corazón y el sentimiento que con la cabeza y el raciocinio.

El argumento para convocar las elecciones es sencillo, obtener legitimidad para iniciar un nuevo camino y el punto de partida de la nueva etapa, convocar una consulta de autodeterminación. Hasta ahí, guste o no, no hay nada que decir. No obstante sería conveniente que se dijera a la ciudadanía, bajo que cobertura legal y con que normas se llevaría a cabo la consulta. De ese modo se evitarían frustraciones innecesarias.

En cualquier caso, propongo un ejercicio que nos ha de servir para clarificar ideas: cojamos una hoja de papel y hagamos dos columnas, en una anotemos los pros de una hipotética independencia, en la otra los contras. Después, comparemos y que cada cual opte por la opción que estime más oportuna.

Bernardo Fernández

Publicado en la Voz de Barcelona 2/10/12

APUNTES PARA UN NUEVO MODELO DE FINANCIACIÓN

En una iniciativa inédita hasta la fecha, en materia financiera, una veintena de entidades empresariales catalanas hicieron público, días at...