27 d’agost 2012

EL COLABORADOR NECESARIO

Es cierto que vivimos en un Estado de derecho y, por ello, todos somos inocentes mientras no se demuestre lo contrario. No obstante, son muchos los indicios que señalan a Oriol Pujol Ferrusola, secretario general de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), como implicado en una trama de corrupción. Y sucede que, cuando se trata de un personaje de proyección pública -como es el caso-, aquel adagio de que la mujer del César no sólo debe ser honrada, sino que además ha de demostrarlo, adquiere plena vigencia.


Oriol Pujol, nacido en 1966, es el quinto hijo de un total de siete del matrimonio entre Jordi Pujol y Marta Ferrusola. Es, a su vez, el único de la saga que se dedica a la política. Dos de sus hermanos, Jordi y Josep, decidieron dedicarse a los negocios y a la empresa privada, si bien es verdad que en más de una ocasión utilizaron la sombra alargada de su progenitor para cerrar operaciones, cuando menos, opacas. De ahí, que en alguna ocasión el presidente autonómico Pujol tuviera que salir a la palestra para defender el derecho de sus hijos para hacer negocios.

A Oriol Pujol se le conoce en los ámbitos nacionalistas como el príncipe o el heredero (hereu). Forma parte del núcleo duro de CDC y, su opinión fue clave para que su padre optara por Artur Mas para que le sucediera frente a Josep Anton Durán i Lleida. De igual manera, su actitud, también, fue decisiva, durante los siete años que duró la travesía del desierto de los nacionalistas, mientras la izquierda gobernaba en Cataluña, para que su partido virara hacia el soberanismo, sin perder el pragmatismo que marcó la época del fundador, su progenitor.

Todo iba viento en popa. Su ascensión política había sido casi meteórica, en pocos años pasó de diputado raso a portavoz del grupo parlamentario, después presidente del mismo y ahora ya, secretario general de su partido (CDC), a partir de ahí que el heredero llegase un día Presidente de la Generalitat, era sólo cuestión de tiempo. Pero hete aquí que los medios de comunicación han hecho público un informe de la Agencia Tributaria según el cual Oriol Pujol forma parte de una iniciativa empresarial que pretendía lograr, de forma fraudulenta, la adjudicación de estaciones de ITV y hacer negocios en el sector de la eficiencia energética, gracias a sus contactos en el terreno político. En el mencionado informe se señala que “Pujol proporciona el impulso y el apoyo necesario para que el proyecto llegue a buen fin”. Y prosigue, “es posible que indirectamente tuviera participación accionarial en Upprime Energy a través de Sergi Alsina”.

Hacía tiempo que existían sospechas, pero nunca se pudo probar nada. Tuvo que ser la investigación policial sobre el caso Campeón la que ha hecho salir a la luz la trama de las ITV en Cataluña. Las escuchas telefónicas al empresario gallego Jorge Dorribo pusieron al descubierto contactos de éste con Sergio Pastor, factotum de las ITV. Las mencionadas investigaciones han puesto de manifiesto que el primer objetivo de la trama era revocar un concurso público convocado por el anterior gobierno en 2010, el cual rompió, por primera vez, el duopolio existente entre Applus y RVSA en las estaciones catalanas, para después seguir controlando el negocio entre bambalinas.

Otro oscuro proyecto que ha salido a flote con las pesquisas policiales, era promover los cambios legislativos necesarios para hacer obligatorias las inspecciones sobre ahorro energético en los hogares. Eso requeriría la creación de una nueva empresa que, según Pastor, “debería ser de interposición para un tema de máxima opacidad”.

Son muchas las dudas y, todavía, demasiadas las incógnitas a despejar para poder emitir una opinión con fundamento de causa. Ahora bien, es evidente que en todo este affaire hay mucho gato encerrado y se necesitan contactos al más alto nivel para llevar a cabo proyectos de semejante envergadura. Por eso, la Agencia Tributaria considera a Oriol Pujol “colaborador necesario” de la red.

Por si acaso, el entorno “pujoliano” ya está trabajando en la elaboración de una estrategia para salvaguardar al príncipe ante la batalla judicial y el aluvión mediático que se avecina. Los nacionalistas catalanes saben que no pueden descuidar ningún flanco ante la ofensiva del pacto fiscal que ha comenzado ya. Cualquier desliz podría ser fatal. En esas circunstancias, algunos piensan que una reedición del caso Banca Catalana treinta años después, en versión siglo XXI, podría dar sus frutos. Al fin y al cabo envolverse en la bandera, para algunos, siempre ha resultado muy rentable.



Bernardo Fernández

Publicado en la Voz de Barcelona 21/08/12

PRIORIDADES

Se veía venir. El Gobierno de La Generalitat, asfixiado por la deuda, anunció la semana pasada que no podía hacer frente a los pagos de los conciertos que mantiene con hospitales, escuelas, residencias, entidades sociales, centros de menores tutelados y talleres ocupacionales. Se trata de los servicios prestados por entidades, públicas y privadas, financiadas por la Generalitat, pero cuya gestión no depende de ella. Los impagos se han cebado especialmente, casualidades de la vida, en las entidades sociales, un sector muy atomizado, con unas 7.500 asociaciones y empresas que engloban unos 100.000 trabajadores. Las federaciones que las agrupan alertan que muchas de ellas están al borde del “colapso”, en una situación “que no tiene precedentes”.


Esta situación no es nueva. En el último año, en al menos tres ocasiones, el Ejecutivo catalán ha tenido que recurrir al incumplimiento de sus compromisos con entidades del tercer sector para hacer frente a los vencimientos de su deuda, cuya devolución es, por ley, prioritaria ante cualquier otro gasto.

La primera gran crisis de liquidez, en septiembre del año pasado, la sufrieron los hospitales concertados y las residencias de ancianos, discapacitados y drogodependientes. Entonces, el Ejecutivo de Artur Mas decidió que no se abonarían las cantidades que debían aportar a estos centros durante dos meses.

Llueve sobre mojado. Nadie cuestiona la dificultad de los gobiernos para hacer frente a sus responsabilidades económicas. Por eso, quizás ha llegado la hora de replantear prioridades A lo mejor hay que ver cual es la utilidad de los Consells Comarcals, en los que los catalanes nos dejamos cada año más de 500 millones de euros. O tal vez, es el momento de revisar las subvenciones a determinadas entidades. Y quizás se deberían revisar, también, o las ayudas que reciben determinados medios de comunicación en función del idioma en que publican.

Y es que en la política, como en la vida, todo es cuestión de prioridades.



Bernardo Fernández

Publicado en ABC 08/08/12

PER COHERÈNCIA

Les relacions entre els Maragall i el PSC mai estat fàcils. Ells sempre han estat representants de la burgesia catalana i a més van assumir un cert paper d’enfants terribles i iconoclastes. Els que tenim una edat recordem les bronques entre la Federació de Barcelona del partit i l’Alcalde Olímpic. L’última va ser la negativa d’admetre en la executiva de la Federació al germà, la conseqüència no es va fer esperar i en la cloenda del mateix Congrés Pasqual Maragall va anunciar la seva dimissió com Alcalde a mig termini (menys d’un any) i va nomenar (sense consultar amb ningú, al menys de la Federació de Barcelona) a Joan Clos com a successor. Desprès, quan PM es va presentar com a candidat a President de la Generalitat les relacions no van millorar gaire. La creació de Ciutadans pel Canvi és un exemple, però podríem trobar molts més.


Sigui com sigui, s’ha d’admetre que el PSC sense els Maragall no hauria estat el mateix i els Maragall sense el PSC tampoc. És molt probable que ni el partit ni els germans Maragall haurien arribat on han arribat. En qualsevol cas, la realitat és la que és i la mateixa història no es pot escriure dues vegades.

És obvi que en aquesta vida cadascú és molt lliure per fer allò que consideri adient en cada moment. Ara bé, després s’ha de ser conseqüent i responsable amb el que s’ha fet. I aquí és on, segons la meva opinió “patina” l’Ernest.

Per començar, L’Ernest Maragall és un polític de llarguíssim recorregut, i ell ja sabia, sobradament, quan va admetre la seva inclusió en les llistes al Parlament per la circumscripció per Barcelona, quin és el tarannà del PSC en l’àmbit del nacionalisme i tot allò que d’aquí se’n deriva. Però, es que ara, fa poc més de 6 mesos, el partit va fer un Congrés i aleshores Maragall no va dir ni assa ni bèstia. Tot això, sense entrar en el debat de que amb el sistema de llistes electorals tancades els ciutadans escollen un partit i com a molt un candidat, i és obvi que el tema dels noms és menor Per tant, els que van a la llista, ho fan, al menys en teoria perquè estan d’acord amb el programa que defensa el partit, altra cosa és fer trampes al solitari i voler enredar als electors. Aquí, alguns podran argumentar allò que diuen els tribunals que l’acta de diputat és personal, etc. etc. I en una lectura estrictament legalista és veritat, malgrat aquest argument, no és menys cert que el concepte polític depassa i molt aquest punt de vista.

Per altra banda, el dissabte, 21 de juliol, el PSC va fer un Consell Nacional en el que es va parlar abastament del pacte fiscal i de la posició del partit en aquest tema. Després de que intervingués el Primer Secretari van demanar la paraula més de vint militants, entre ells diversos diputats i cadascú va dir la seva. Hauria estat molt convenient que l’Ernest hagués sortit a donar el seu punt de vista i explicar les seves raons de perquè pensava que calia votar d’una manera determinada. Doncs bé, l’Ernest ni es va molestar en assistir.

No tinc espai per fer una argumentació en profunditat i donar totes les raons que sobre el particular porto al sarró, però puc garantir que són moltes, de pes i força reflexionades. Per això, aquesta vegada, estic convençut de que el secretariat del partit ha fet el que tocava, encara que això creï tensió i pugui tenir possibles conseqüències no desitjades. Però com deia la meva avia, más vale ponerse una vez colorado que ciento amarillo.

Sóc dels que pensen que en can PSC i cap tothom, sempre que s’acceptin les regles de joc que es marquen els congressos. I si les regles no agraden es busca una majoria i es canvien. Si es pot, és clar. Estic d’acord amb la Marina Geli quan diu que: “El PSC ha de ser el partit dels Estopa i també el de Joan Manuel Serrat”. Cert, però tampoc és desitjable que la gent estigui a disgust en els llocs.

Per tant, segons el meu parer l’Ernest hauria d’acceptar la disciplina del Grup Parlamentari i en aquest cas del secretariat que li ve donada pels òrgans de direcció del partit i si no està d’acord, per coherència, ja sap el que ha de fer. Per altra banda, en aquesta ocasió, chapeau per en Pere Navarro i el seu equip.



Bernardo Fernández

Publicat a e-notícies.com 01/08/12

APUNTES PARA UN NUEVO MODELO DE FINANCIACIÓN

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