23 de març 2022

EMPEZAR POR EL PRINCIPIO

 El pasado 14 de febrero, justo un año después de las últimas elecciones al Parlament, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, dictó una conferencia en la que hizo un llamamiento al independentismo para elaborar una estrategia compartida, a la vez que lanzó un aviso al Gobierno de Pedro Sánchez para dinamizar la mesa de negociación sobre Cataluña.

Aragonés centró su conferencia en los principales retos de futuro de Cataluña, en una intervención que buscó dirigirse al conjunto de la ciudadanía, pero que, en realidad, estaba trufada de mensajes concretos al independentismo.

No obstante, los recados del presidente no fueron demasiado bien acogidos por sus compañeros de viaje, porque la CUP ni mandó representación al acto y Junts reaccionó con una frialdad limítrofe con la descortesía política.

 Quizás para remachar el clavo, o porque estaba señalado en la agenda política de ERC, los pasados días 12 y 13 de este mes de marzo, los republicanos celebraron, en la Fraga de L’Hospitalet, su conferencia nacional. El objetivo era fijar la hoja de ruta para los próximos años.

 Leyendo los papeles facilitados por los organizadores del evento, parece que el pragmatismo se ha instalado en la cúpula del veterano partido independentista. Allí admiten que es preciso trabajar en una estrategia para lograr sus objetivos, pero rehúyen poner fechas a corto plazo y hablan de construir un país en "2040 y más allá". Otra cosa es escuchar algunos discursos, pero como son para consumo interno, de momento, vamos a dejarlo ahí. 

Al finalizar el cónclave, un líder republicano comentaba a un medio de comunicación: “Hemos aprendido que ponernos límites y corsés en forma de fechas fijadas u hojas de ruta inamovibles nos debilita y nos limita el margen de maniobra. Por eso, nosotros no hablamos de cuándo se producirá la independencia, sino de cuáles son las condiciones que se necesitan para llegar a ella. Y por eso nuestro compromiso consiste en trabajar cada día para que se den estas condiciones lo más pronto posible”, es decir, pragmatismo a tope.

 Iniciativa loable. Ahora bien, el papel lo aguanta todo. Cuando los socios de Govern aprieten y los compañeros de viaje se desmarquen del posibilismo político veremos dónde buscan apoyos, porque para ellos el PSC es el enemigo a batir y los socialistas ya hace mucho tiempo que pasaron el sarampión del derecho a decidir. Por lo tanto, solo les quedará la muleta de los comunes y no parece que los de Jéssica Albiach estén para muchas bagatelas.

 Tanto en la vida como en la política, lo razonable suele ser priorizar. Por eso, más allá de las entelequias que cada cual quiera guardar en su almario, la realidad es que los republicanos llevan años formando parte de los diversos gobiernos de la Generalitat y más de un año presidiéndolo. Sin embargo, la situación de los servicios básicos como la sanidad, la educación o los servicios sociales dejan bastante que desear.

 Según un informe para la Federación de Asociaciones para la Defensa de Sanidad Pública, Cataluña es la cuarta comunidad autónoma, empezando por la cola del ranking nacional (14ª de 17), un lugar que estamos ocupando desde 2015, y al que llegamos desde la 5ª posición que ocupábamos en 2009.

 También tenemos el triste honor de ser la autonomía con menos presupuesto per cápita para cuestione sanitarias, 1.192,83 euros por habitante y año, muy alejados de los 1.717,49 euros per cápita de Asturias.

 Somos los penúltimos en el ranking de días promedio de espera para consultas con especialistas (78) y los antepenúltimos para pasar por el quirófano (132)

 El mundo de la educación en Cataluña está viviendo una época convulsa. La tensión ha ido subiendo de tono y la semana pasada estalló un enfrentamiento entre los sindicatos del profesorado y el Departament d’Educació, que se plasmó con varios días de huelga. La chispa saltó tras el anuncio de la Generalitat de avanzar el inicio del curso una semana, pero el malestar viene de lejos, presupuesto insuficiente, revertir los recortes de la crisis de 2008, bajar ratios y fijar una posición respecto a la sentencia del 25% de castellano, entre otras cuestiones son las demandas que se han ido posponiendo y ya no admiten más demora.

 Los sindicatos apuntan que es necesario remontarse a finales de los años 80 y principios de los 90 para encontrar movilizaciones de esta envergadura. Los convocantes fueron, USTEC·STEs (IAC), CCOO, la Intersindical, Professors de Secundària (Aspepc-sps), la UGT, la CGT y la Federació d'Ensenyament de la Unió Sindical Obrera de Catalunya. Esto nos puede dar una idea ajustada del momento que se vive en educación, porque la convocatoria fue prácticamente unánime.

 

Pero es que en servicios de atención a las personas no estamos mejor. Tanto Cataluña como Madrid son las Cenicientas de las comunidades autónomas de gasto social por habitante. Aunque, claro, allí gobierna el trumpismo cheli y aquí, se supone, que gobiernan personas con sensibilidad social que se preocupan por el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, resulta que, tanto allí como aquí, estamos muy lejos de lo que gastan otras comunidades en políticas sociales, incluso en plena pandemia.

 

Un informe de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales indica que Navarra gasta 3.500 euros por habitante y año y el País Vasco 3.415, mientras que en Cataluña solo se dedican 2.400 euros al año para atención a las personas. Se podrá argumentar, con razón, que Navarra y Euskadi son dos comunidades ricas con un Sistema Fiscal singular, y es cierto. No obstante, comunidades del Régimen Común como Extremadura (3.129 euros), Asturias (3.069 euros) o Cantabria (2.994 euros) están muy por encima de los 2.400 que se dedican aquí o los 2.426 de Madrid.

 

Está muy bien imaginar el futuro de Cataluña, pero lo mejor es siempre empezar por el principio, y como que la sanidad, la educación, los servicios sociales y las pensiones son los cuatro pilares del Estado del bienestar; y de esos cuatro, tres son competencias exclusivas de la Generalitat, lo lógico sería trabajar para tener un Estado del bienestar sólido y compacto que nos haga ser una sociedad bien cohesionada y próspera. Esa es, a mi modo de ver, la mejor manera de hacer posible un mañana mejor.

 

 

Bernardo Fernández

Publicado en e notícies 21/03/2022

17 de març 2022

MALDITAS GUERRAS


 “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”, dijo Julio Anguita, cuando le comunicó que su hijo, el periodista Julio Anguita Parrado había muerto alcanzado por un misil del ejército iraquí en Bagdad en abril de 2003.

 En efecto. Lo estamos comprobando estos días con el intolerable ataque de Rusia a Ucrania. El listado de miseria que están descubriendo los ataques rusos es espantoso, sobre todo por la pérdida de vidas, proyectos vitales y, como no, por la pérdida, también, de toda clase de bienes materiales. Los muertos se cuenta por millares, muchos civiles, los desplazados son más de dos millones y medio de personas, las pérdidas materiales son incontables y, según los expertos, lo peor está por venir.

 Hacía semanas que se especulaba con la posibilidad de la invasión rusa. El Servicio de Inteligencia estadounidense no detectará que el ataque sería inminente. Y así fue: la madrugada del 24 de febrero el ejército ruso entró en Ucrania. Era una invasión a gran escala. Desde hace años el Kremlin ha mantenido el conflicto vivo en el este de Ucrania para desestabilizar a todo el país. El objetivo evidente: tener al país ocupado en cuestiones que le alejaran de la órbita occidental, en especial de la OTAN. Sin embargo, como se ha visto, esa estrategia no ha funcionado. Los ucranianos están demostrando ser una sociedad con una tremenda autoestima, dispuesto a defender su país con uñas y dientes, y eso parece que Putin no lo tenía previsto.Al contrario, la agresión rusa ha reforzado el sentimiento de pertenencia y el pueblo ucraniano está más unido que nunca. Es más, lo que en el pasado pudo haber sido un signo de división: la lengua, ahora ha dejado de ser relevante, hablar ucraniano o ruso es indiferente.

 Para Putin y su staff la antigua república soviética es en realidad un país ficticio que quiere mantener bajo su órbita, y que rusos y ucranios encarnan un “mismo pueblo”. Por eso, buena parte de los orígenes de este conflicto hay que buscarlos en La  crisis de Crimea de 2014. Entonces, se desató un conflicto diplomático internacional. Los ucranianos prooccidentales se movilizaron para apoyar el acercamiento de Ucrania a la  Unión Europea . Aquel movimiento tuvo su epicentro en la plaza Maidan, centro neurálgico de Kiev y se visualizó en forma de algaradas y protestas, aunque fueron rechazadas por el sector rusófilo de la zona suroriental del país, compuesta en su mayoría por  rusosucranianos influencia de pertenecer a Rusia. Aquello supuso el fin del Gobierno de  Víktor Yanukóvich que era abiertamente partidario de estar en la órbita del Kremlin.

 Ante esa situación, Moscú movilizó tropas con el pretexto de garantizar la integridad de los habitantes rusos de Crimea y proteger las bases rusas existentes allí, hasta que se normalizara la situación sociopolítica. Si bien, esas operaciones militares fueron rechazadas por diversos gobiernos, como el de Estados Unidos  y varios de la  Unión Europea , que declararon que Rusia actuó de forma contraria al  Derecho internacional  y   amenazaron con sanciones contra dicho país si no se separaron  del territorio ucraniano, el 11 de marzo de 2014 , Crimea y la ciudad de Sebastopol declararon su  independencia de Ucrania, previo restablecimiento de la constitución de 1992, ley fundamental que aprovechará a la república como un territorio soberano con una policía propia, que delegaba voluntariamente competencias a Ucrania, pero tenía derecho a tomar sus propias decisiones y fijar sus relaciones con Kiev en base un acuerdo mutuo. En cualquier caso, la proclamada República de Crimea solo fue reconocida por Rusia. ​ Una semana después, el 18 de marzo , los líderes de la República de Crimea,  Serguéi Aksiónov Vladímir Konstantínov , el presidente de Rusia,  Vladímir Putin , y el alcalde de Sebastopol,  Anatoli Chali ,firmaron el tratado de anexión de dos nuevos federados a Rusia.

 Esos polvos trajeron estos lodos. Ahora, Vladimir Putin amparándose en aquella supuesta legalidad ha invadido un país mucho menos preparado en lo material, pero no en lo humano.

 Sin embargo, es posible que, en esta ocasión, Putin haya encontrado una respuesta diplomática occidental, pero de forma especial de la UE, que no había previsto: la unanimidad. Incluso los más reaccionarios a responder con dureza como históricamente lo ha sido Alemania, esta vez no se han andado por las ramas. Es el caso del canciller Olaz Scholz que seguramente suspendió de inmediato la construcción del gasoducto NordStream 2. Quizás los estrategas rusos esperaban una respuesta mucho más tibia de la parte europea, como había sucedido siempre hasta ahora. Si bien es verdad que esta invasión es la primera, en que un país europeo invade a otro con el descarado propósito de ampliar su territorio, desde la Segunda Guerra Mundial.

 Estamos sobre un tablero de ajedrez y la ciudadanía, de uno y otro lado, somos peones insignificantes supeditados a una estrategia superior. La UE está imponiendo una serie de sanciones a Rusia que a medio plazo pueden dañar la capacidad militar y comercial rusa, pero quien de verdad sufrirá las consecuencias es el pueblo ruso que poco o nada tiene que ver con esta guerra. Pero China ya ha garantizado que ayudará financieramente a Rusia y, de ese modo, protegerá a Putin ya la oligarquía rusa de las sanciones occidentales. Y es que a China le interesa apoyar a Rusia porque su conflicto con Taiwán, cuya soberanía e independencia no respeta, es una fotocopia del que mantiene Rusia con Ucrania.Además, no debería extrañarnos si al final es China quien se sienta a los representantes de ambos países a una mesa a negociar, y bajo su tutela,

 En estos momentos es una incógnita saber cuánto durará la guerra, aunque algunos expertos militares apuntan que puede ir para largo. Lo que es un hecho cierto es que el conflicto durará mucho y nos afectará a todos, y dentro de esos todos, a los países miembros de la UE de manera especial, por la interdependencia económica que tenemos con Rusia. En realidad, ya lo estamos viendo y padeciendo con la escalada de precios de la energía (Moscú suministra a Europa el 40% del gas que consume), también empiezan a escasear algunos alimentos y algunas materias primas. Todo eso hace que existe el riesgo de que el alza de los precios dispare la inflación a dos dígitos, y atención que esto no ha hecho más que empezar. 

 Una vez vuelva una cierta normalidad, aunque sea relativa, la UE debería ponerse ante el espejo y replantearse cuestiones como la autosuficiencia en energía, en alimentación, en economía, incluso en capacidad militar. Toca hacer una revisión profunda de muchas de las políticas que hasta ahora han sido paradigmas intocables.

 ¡Cuánta razón tenía el Califa Rojo! Todas las guerras son malditas y unos auténticos canallas los que las provocan, sean cuales sean los motivos que las impulsan y es que para barbaries semejantes no hay justificación posible.

 

 

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 14/03/2022

 

 

08 de març 2022

A CADA CUAL LO SUYO


 Como es lógico, la brutal agresión militar de Rusia a Ucrania está acaparando toda la atención informativa. De todas formas, la vida sigue y siguen ocurriendo cosas. En estas circunstancias, me ha parecido oportuno poner sobre la mesa un asunto que arrastramos desde hace años y que, en mi opinión, no podemos dejar caer en el olvido porque es un insulto a la inteligencia y un escarnio a la ciudadanía, me estoy refiriendo a las inmatriculaciones de la Iglesia.

Se entiende por inmatriculación la primera inscripción de una propiedad que no consta previamente inscrita de manera individual. Es decir, registrar un bien a nombre de alguien. El proceso de las inmatriculaciones de la Iglesia comenzó en 1946 con la reforma hipotecaria de Franco. Según varios expertos consultados, esa ley se hizo para “intentar reparar lo sucedido en 1822 con la desamortización de Mendizábal, cuando se nacionalizaron los bienes de la Iglesia”.

La dictadura permitió que la Iglesia inmatriculara todos sus bienes destinados al culto. Sin embargo, al Gobierno de José María Aznar le pareció que aquella iniciativa se dejó corta y, aprovechando la  modificación del Reglamento Hipotecario , se concedió un plazo a la Iglesia para que pudiera  inmatricular a su nombre los bienes que no había inmatriculado hasta entonces porque no se lo permitía la ley, O sea, el Ejecutivo del PP le hizo a la Iglesia, un traje más a la medida, que el que le había hecho el franquismo, para que pudiese inmatricular los bienes no destinados al culto.

La jerarquía eclesiástica no se anduvo por las ramas y empezó a matricular sin contemplaciones, no solo los templos que habían quedado pendientes, también toda clase de terrenos, locales y fincas. La mayoría con la inverosímil justificación de que eran de la casa del sacristán o muy próximos al cementerio anejo a la Iglesia o cualquier otro argumento, por peregrino que fuera de manera objetiva, era válido para adueñarse de la propiedad.

El proceso era sorprendente, el obispo de turno actuaba en un doble papel: como interesado y como fedatario. Asombrense: Su firma equivale a la de un notario . Por lo tanto, era suficiente con que un monseñor atestiguara que aquel bien era de la Iglesia. 

Por si con todo este proceso no fuera suficiente, resulta que el trámite era totalmente gratuito. Así, por ejemplo, la matriculación de la mezquita de Córdoba les costó la friolera de 30 euros , que fue el coste del papel y el sello en el registro. Impresionante pero cierto.  

Después, la Iglesia no ha tenido ningún reparo en hacer negocio con esas propiedades. Desde parkings a colegios, pasando por fincas alquiladas, incluso algunos lugares de culto, como sucede en la catedral de Barcelona donde se cobra entrada por visitarla. Todo lo que es susceptible de ser rentable se pone en el mercado, pero eso sí, sin pagar el IBI correspondiente, como hacen todos los mortales que tienen alguna propiedad.

Semejante desmán no podía seguir impune. Por eso, d espués de un trabajo de años y decenas de reuniones de la comisión creada para este asunto, el Gobierno ha logrado que la Iglesia española admita que al menos un millar  de los 14.000 bienes (sin contar los templos) que inmatriculó de forma extraordinario  a partir de 1998, no son suyos. En principio, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Conferencia Episcopal Española, el cardenal Juan José Omella, llegaron a un acuerdo el pasado mes de enero, para que se iniciaron los trámites para la devolución de ese millar de bienes a sus propietarios. Ese acuerdo se hizo público en un comunicado conjunto entre el Ejecutivo y la Iglesia en el que esta última admitió que este millar de bienes“pertenecen a un tercero o no les consta la titularidad sobre el mismo”.

Esas propiedades están repartidas por toda España, pero más de la mitad se ubican en Castilla y León, allí hay 485 del total de 965 reconocidos por la Iglesia, seguida de Cataluña, con 101. De los 965, 208 son inmuebles que, aunque están inmatriculados a nombre de la Iglesia, no le pertenecen en realidad, y 757 son bienes que la Iglesia ha comprobado que pertenecen a otro titular aunque figuren a su nombre en los registros. En el listado de bienes, hay 38 cementerios, 502 fincas rústicas, 151 fincas urbanas y 98 viviendas.

Este listado de inmuebles se producirá ahora a la Federación Española de Municipios y Provincias, que según el Gobierno será quien lo distribuya  a las e ntidades locales para proceder a la identificación del titular”. Este acuerdo implica que, por primera vez desde 1998, algunos de esos bienes iniciarán el camino para volver a sus dueños originales oa sus herederos. Lo más probable es que sean los propios ayuntamientos los que se queden la mayoría de estos bienes.

De todas formas, no será fácil. La Generalitat publicó en 2020  un informe identificando 3.722 inmuebles ingresados ​​en el registro de la propiedad por primera vez (inmatriculados) solo con una certificación eclesiástica como prueba de la titularidad. La idea del Ejecutivo catalán era ayudar a que los ayuntamientos o particulares accedieran a una información inédita y, si lo necesitaran, recurrieran al servicio de mediación del Departamento de Justicia para acompañarles en posibles reclamaciones patrimoniales. Hasta octubre del año pasado, cinco procesos de reclamación han aterrizado en obispados catalanes y dos ya han sido desestimados.

En ambos casos, la negativa ha llegado del obispado de Girona, explican desde Justicia y corroboran desde la diócesis. En virtud de la protección de datos, la Generalitat no puede informar de quién se ha acercado al servicio de mediación ni cuál es el inmueble en litigio. Al equipo de patrimonio del obispado, sin embargo, le consta solo dos denegaciones relacionadas: una por un “solar” en Garriguella (Alt Empordà) y otra un terreno en Els Hostalets d'en Bas (Garrotxa). Girona tiene el 13% de todas las inmatriculaciones registradas por Justicia.

No se trata de expoliar a nadie. A cada cual lo suyo, pero ya se ha abierto la caja de Pandora. El Gobierno no podía seguir mirando hacia otro lado y es que estamos ante una cuestión de justicia social, ética y dignidad. Por eso, “ a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”.

 

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 07/03/2022

02 de març 2022

LA PIEL MUY FINA

Claro y concreto: Josep Borrell es una de las cabezas mejor amuebladas de los políticos europeos de la actualidad; aunque para algunos sea el adversario a batir.

Recuerdo cuando Pedro Sánchez le ganó la moción de censura a Mariano Rajoy y formó Gobierno, se me acercó un viejo conocido de militancia indepe y me dijo: “te felicito por la valentía que demostraron los socialistas plantándole cara al PP, a Mariano Rajoy ya la corrupción Vuestro líder es un tío que los tiene bien puestos, además ha hecho un equipo que me parece muy bueno, con mujeres y gente joven, solo hay uno que no me gusta, Borrell”. Esa es la cuestión, Pep es la bestia parda del secesionismo. Eso de que sea catalán, pero que no sea de los suyos y que les diga las verdades del barquero les saca de quicio y no se lo perdonan. Que le vamos a hacer. Nadie es perfecto  

 El último episodio de ese permanente desencuentro lo hemos vivido en las últimas horas. En una comparecencia del alto representante de la UE para Asuntos exteriores, Josep Borrell aprovechó para reivindicar el valor del presidente de Ucrania Volodimir Zalenski. “Gracias a Dios, Zalenski no es el tipo de líder que huye escondido en un coche…” Pues bien, según se aclaró después Borrell se refería al anterior presidente de Ucrania el pro ruso Víktor Yanukóvih.

 Sin embargo, los hiperventilados procesistas se han lanzado sobre Borrell como auténticos carroñeros, sin atender ni a razones ni a matices y sin contratar la información.  Para Laura Rosel, de Catalunya Radio, las palabras del alto representante de la UE son “pixar fora de test”, La Vanguardia le ha colocado un semáforo rojo, para Pilar Rahola, “es una mala persona” y para el gurú del independentismo más Hooligan, Antoni Basas, “Josep Borrell es un político incapacitado para desempeñar el cargo que ocupa” .  

 Es triste pero real. Una vez más se ha puesto de manifiesto la falta de ética profesional y el nulo rigor con que esos individuos afrontan su trabajo. Para empezar, Borrell no hubiera faltado a la vedad si se hubiera referido al expresidente prófugo, Carles Puigdemont, pero ni siquiera eso, él se refería al anterior mandatario ucranio. Sin embargo, esos muchachos que se dicen a informarnos y que cobran unos sustanciosos sueldos que les pagamos entre todos los ciudadanos porque están en nómina de medios de comunicación públicos o, en otros no públicos, pero generosamente subvencionados por el Govern, hacen su trabajo como unos aficionados que se dedican a la informacion en horas libres y ratos perdidos.Y es que al final están muy lejos de ser unos auténticos profesionales, tiene la piel muy fina y lo único que les interesa es la “embolica que fa fort” para seguir manteniendo el chiringuito y vivir del momio.

 

  

Bernardo Fernandez

Publicado en El catalán 03/02/2022

NO HAY QUE RENUNCIAR A LOS SUEÑOS


 La crisis interna que desangra al PP, primero, y la escalada militar de Rusia en Ucrania, después, están acaparando toda la atención mediática. Eso ha hecho que cuestiones como la situación política catalana queden en la penumbra informativa.

 Hace algo más de un año que los catalanes acudimos a las urnas para elegir un nuevo Parlamento. Veníamos de una etapa muy convulsa. Muchos pensábamos que aquellas elecciones podrían ser el primer paso para normalizar la situación emocional y política de los ciudadanos de Cataluña. Sin embargo, aunque es cierto que gozamos de una relativa tranquilidad, el ambiente político que vivimos invita, entre poco y nada, al optimismo.

 La mediocridad es la tónica y el anar passant (ir pasando) parece la norma que se ha instalado en el Palau de la Generalitat. Pero es que en le Parc de la Ciutadella ni la realidad ni las expectativas son mejores. En este tiempo, en la Cámara legislativa catalana, solo se han aprobado dos leyes y los presupuestos. Y las cuentas salieron adelante gracias a los comunes; de no haber sido por ellos es posible que ahora estuviéramos en plena campaña electoral. Eso sí, espectáculos bochornosos se han dado unos cuantos (el affaire Pau Juvilla ha sido el más sonado, pero no el único) y la primera institución del país ha sido degradada por su presidenta de forma evidente.

 El fracaso del proceso independentista ha generado frustración en sus sucesos, y desasosiego y temor en el resto de la ciudadanía, ante la posibilidad de que sucesos como los ocurridos en otoño de 2017 se puedan repetir. Esa situación y la inacción del Govern ha sumido a Cataluña en una especie de letargo que nos está haciendo perder oportunidades de progreso y crecimiento.

 Un ejemplo, hace unos días, nos llega la noticia de que el grupo Volkswagen ha decidido instalar su fábrica de baterías para vehículos eléctricos, que generará unos 3.500 puestos de trabajo directos, en Sagunto. Alguien puede explicar que movimientos hizo el Ejecutivo catalán para que esa planta se instale aquí. Se ha perdido otra oportunidad para sentar las bases y volver a ser una economía puntera, porque para eso se necesita una fuerte reindustrialización y, de momento, no se ve ningún movimiento que apunte en esa dirección.

 Los indultos del Gobierno de España a los líderes del proceso tuvieron un efecto balsámico y sirvieron para rebajar la tensión que existía tanto en el mundo independentista como fuera de él. Meses más tarde, la constitución de la mesa de diálogo entre los Gobiernos supuso encender una luz en una noche sin luna. No obstante, sería absurdo negar que esa negociación esté encallada. Es un hecho; no se reúnen porque hay muy poco de que hablar. Y, no habrá materias a tratar, mientras la parte catalana anteponga a cualquier otra cuestión la autodeterminación y la amnistía. Con esos dos temas sobre la mesa los avances son, probablemente, imposibles.

 En este contexto, es necesario que el Govern olvide cualquier veleidad secesionista y enfoque sus actuaciones hacia políticas útiles y válidas para la ciudadanía y se preocupe por asuntos mucho más tangibles, como pueden ser una reindustrialización viable y sostenible; esa seria una buena manera de encarar el futuro a medio plazo.

 Conocidos comunes me dicen que el presidente Pere Aragonés es una persona preparada y con una gran capacidad de trabajo. Es posible. No cuestiono lo que desconozco. Sin embrago, con frecuencia, parece desbordado por los acontecimientos; emparedado, entre los socios de Govern y la necesidad de romper corsés para hacer lo que le corresponde: gobernar la autonomía de Cataluña; da la sensación de que está atrapado en un tiovivo que gira sin parar, pero sin un objetivo predeterminado.

 Aprender a jugar en varios terrenos a la vez como la Comisión Bilateral, reuniones multisectoriales o reuniones de presidentes autonómicos no será una prioridad para el presidente y su Govern. Por eso, hubiera sido un grave error la ausencia de Aragonés, como había anunciado la portavoz del Ejecutivo catalán, Patricia Plaja, a la reunión de presidentes autonómicos que se debía celebrar en La Palma y que, finalmente, se ha suspendido por la guerra entre Rusia y Ucrania. En esta vida, hay ocasiones en las que se presentan segundas oportunidades y conviene saber aprovecharlas.

 Llevamos diez años con gobierna que no han gobernado y, lo poco que han hecho, lo han hecho, mirando en una sola dirección. Es el momento de enderezar el rumbo. Para ello es necesario que Pere Aragonés, junto con ERC, aparquen sus utopías y vuelvan a la realidad por duro que les resulte.

 El que fuera redactor jefe de política de La Vanguardia y uno de los gurús de la información secesionista, Jordi Barbeta, comentaba, hace unos días, en una entrevista en TV3 que: ”el procés fue un error en origen” porque “se “planteó como un gran combate contra el Estado, algo que de hecho no se pretendía…” y un Barbeta visiblemente desencantado seguía: “Todo el mundo sabía que Cataluña no tenía ni la fuerza, ni la fortaleza, ni los instrumentos para ganar la batalla al Estado ”; para concluir, con cierta amargura recordó, en una velada alusión a ERC. “que están contribuyendo a la estabilidad política española”.

 No hay que pedir a nadie que renuncie a sus sueños, pero si se puede y debe exigir a los gobernantes que hagan una inmersión en la realidad y prioricen los intereses de los ciudadanos sobre las entelequias y las bagatelas. La sociedad catalana es una sociedad de acogida y emprendedora, con capacidad para ser referencia, en muchos aspectos, para los estados del bienestar. Ahora bien, para que eso sea posible, es necesario que los dirigentes estén a la altura de las circunstancias. 

 O como dice aquel conocido verso del Cantar de Mío Cid: “que gran vasallo sería, si tuviera buen señor”.

 

 

 

 Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 28/02/2022

DEL SOCIALISMO A LA SOCIALDEMOCRACIA

En el siglo XIX, la socialdemocracia fue una tendencia revolucionaria difícil de diferenciar del comunismo. Pretendía acabar con la división...