24 de novembre 2022

UN PROBLEMA LLAMADO ISABEL


 

Después de darle muchas vueltas y hacerse de rogar, Alberto Núñez Feijóo abandonó su cómoda posición en la presidencia de la Xunta de Galicia y saltar a la política nacional. Poco podía imaginar el mandatario gallego que el ala trumpista de su partido iba a torpedear su hipotético camino a la Moncloa.

Feijóo fue escogido presidente del PP por aclamación, en el Congreso que los populares hicieron en Sevilla, el pasado mes de abril. Llegó precedido de fama de hombre moderado y dialogante. Para corroborar esta aureola, en su discurso de aceptación del cargo, tras desgranar una serie de cuestiones relevantes en las que se ofrecieron para hacer grandes pactos con el Gobierno, dijo: “Yo he aprendido a negociar, a acordar. Vamos a firmar acuerdos. Que nadie cuente conmigo para participar en este entretenimiento infantil en el que ha degenerado la política española”. Sin embargo, hemos podido comprobar en los 7 meses que lleva como presidente del PP, del dicho al hecho hay mucho trecho, como dice el conocido refrán. 

Está claro que a una gran mayoría de ciudadanos no les gusta el ruido en la política.   Van a las urnas a elegir a unas personas para que le solventen problemas, no para que los creen. Por eso, en los primeros meses de Feijóo líder de la oposición, las encuestas nos decían que el líder gallego iba como un tiro hacia la Moncloa. Sin embargo, el tiempo acostumbra a poner las cosas en su lugar y desde la vuelta del verano, los estudios demoscópicos indican que la burbuja Feijóo se está desinflando.

El problema para Núñez Feijóo es que se ha dejado arrastrar por la actitud beligerante y de confrontación permanente de Isabel Díaz Ayuso. Los buenos propósitos que anunciaron en Sevilla se han ido diluyendo. “No vengo a insultar a Pedro Sánchez, vengo a ganar a Pedro Sánchez”, dijo también en aquel cónclave. Pero la realidad es muy distinta, ha instalado su discurso en el Ayusismo más puro y eso no es positivo ni para el Partido Popular ni para Feijóo. Hace pocas semanas la lucha soterrada que mantiene a Núñez Feijóo y Ayuso se puso de manifiesto en toda su crudeza cuando se rompió la negociación con el Gobierno para renovar el Consejo General del Poder Judicial. En esa pugna, la presidenta de la Comunidad de Madrid salió victoriosa de la crisis al proyectarse como quien había hecho rectificar al líder del Partido Popular,

Ahora con el affaire de la sanidad madrileña y la actitud de Ayuso, no son pocos los responsables en gobiernos autonómicos del PP que temen que el malestar con la sanidad pública que se ha visualizado en Madrid, puede producir un efecto contagio en otros territorios donde gobierna la derecha. “Estamos viendo que en algunos municipios se está agitando mucho el tema de la sanidad y tememos que se utilice esa cuestión como arma electoral, cuando estamos en vísperas de las elecciones municipales y autonómicas”, señala un destacado dirigente popular que prefiere, de momento, permanecerá en el anonimato.

Por otra parte, no parece que Ayuso sienta sensibilidad especial con la emergencia climática, en un reciente pleno de la Asamblea de Madrid, la presidenta de la  Comunidad , Isabel Díaz Ayuso, espetó a la bancada de la izquierda que confunden "cambio y emergencia" clima para imponer nuevas formas de consumo que "empobrecen" a la sociedad y responde a una "gran estafa" que responde a 'lobbies'.

"Desde que la Tierra existe ha habido siempre cambio climático. No pueden seguir contra la evidencia científica únicamente porque siempre tienen detrás, en su cabeza", algo que "se llama comunismo", afirmó la presidenta durante la sesión de control ante la pregunta formulada por la portavoz adjunta de  Unidas Podemos , Alejandra Jacinto.

Con todo, lo más grave, en mi opinión, es que el Gobierno de la Comunidad de Madrid, ha aprobado desde las elecciones de mayo de 2021 seis rebajas impositivas que supondrán que las arcas públicas autonómicas dejen de ingresar por esos conceptos más de 700 millones de euros cada año. La última fue la semana pasada, y consolidó a  Madrid como la autonomía que concentra la mitad de los recortes fiscales de las comunidades en plena crisis por la sanidad , según un informe de la Autoridad Fiscal (Airef). Aunque Ayuso y sus conmilitones defienden que eso redundará en un aumento de la recaudación, se da la paradoja de que su decisión llegó en medio de las  huelgas de médicos por la falta de recursos en la sanidad pública; a cualquier otro se le habría subido los colores a la cara, pero Ayuso ni se inmutó y echó la culpa a los comunistas.

Madrid, como el resto de España, frente a un contexto económico extremadamente complicado. Se superponen las crisis del coronavirus, los precios de la energía, inflación etc. El Ejecutivo madrileño prevé que la recaudación de sus impuestos caerá un 4% en 2023 . Pero, de forma simultánea, plantea  los Presupuestos con más gasto de su historia: 25.700 millones de euros .

Isabel Díaz Ayuso está aplicando una de las recetas clásicas del PP. Todo se confía a la  curva de Laffer —teoría denostada por la mayoría de expertos—, según la cual a menos impuestos, más recaudación, porque los ciudadanos tienen más dinero para gastar .

Desde hace tiempo pienso que Ayuso es al PP lo que Sarah Palin fue, hace unos años, al Partido Republicano de EE.UU. Ayuso forma parte del problema y no de la solución. Sus peroratas pueden tener predicamento en segmentos muy concretos de un electorado extremo, pero ineficaces para ganar elecciones en el conjunto de España; ahí la situación es muy compleja y es necesario un discurso mucho más elaborado, posibilista y, sobre todo, verosímil.

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 21/11/2022

16 de novembre 2022

DIVIDE Y VENCERÁS


 

Comprendo que haya personas a las que les cueste aceptar que se suprima el delito de sedición de nuestro Código Penal. Es lógico que sientan un cierto desasosiego. Ocurrió lo mismo cuando el Gobierno indultó a los líderes del proceso. “Fastidia y mucho que esa gente que violó la convivencia en Cataluña y nos puso a los pies de los caballos se vayan de rositas”, debió pensar muchos ciudadanos de buena fe y no les faltaba razón. No obstante, el tiempo ha demostrado que la medida de gracia, además de producir un efecto balsámico, fue un acierto. Más allá de alguna bravuconada como el “ho tornarem a fer”, nada de nada. Por cierto, el individuo que dijo eso del “ho tornarem…”, pocas semanas después de ser indultado y salir de la cárcel, se largó a Suiza, “para defender la república”, según sus propias palabras. ¡Hay que joder!,

En todo este lío, son muy importantes los datos que nos facilitan el CEO y el ICPS. Según unos estudios recientes, el respaldo a la independencia dibuja una línea muy en sintonía con la intensidad de los acontecimientos. El beneficio al secesionismo se impuso con claridad a partir del 2017 y comenzó a perder fuelle en junio del año siguiente, tras el relevo en el Gobierno central. De hecho, el rechazo a la secesión ya es mayoritario desde julio del 2019, después de la victoria electoral del PSOE, y solo registra una leve inflexión tras la sentencia de noviembre de ese año, cuando entre recobrar y contrarios a la ruptura con España se producir un empate técnico. Y la ventaja de los opuestos a la secesión se acentúa a partir de mediados del 2020, de forma muy pronunciada a partir de los indultos del 2021.

Opino que deberíamos quedarnos con ese último dato.

En la antigua Roma, hizo fortuna la expresión “divide et impera”, en nuestra civilización se ha convertido como divide y vencerás. No sé si esa era la intención del Gobierno cuando planteó la reforma del Código, pero, desde luego, la iniciativa está produciendo un fuerte efecto de fractura entre las huestes secesionistas.

Nadie esconde que entre las filas independentistas hay facciones irreconciliables. La derogación del delito de sedición ha ahondado aún más la fractura entre esos sectores. L a modificación del Código Penal ha generado entusiasmo en ERC, porque viene a confirmar el acierto de los republicanos al apostar por el diálogo. En el otro rincón se sitúan Junts per Catalunya y la CUP que opinan todo lo contrario porque se han visto excluidos o auto excluidos de los cenáculos en los que se toman decisiones.

El desencuentro es tal entre unos y otros que la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que lleva tiempo enfrentada a  Pere Aragonés, ha convocado para el día 6 de diciembre una manifestación en contra de la reforma. En su opinión, la supresión de la sedición y la creación del delito de desórdenes públicos agravados tiene “el doble objetivo no disimulado” de castigar la movilización independentista en las calles y penalizar “más hechos como los del 1-O por ocupar instalaciones o edificios”.

Por su parte Omnium, que ahora juega un papel un poco más moderado, ha manifestado que “ está conforme con la desaparición de la sedición del Código Penal”, pero avisa de que el nuevo delito de desórdenes agravados puede poner en peligro el derecho a la protestar y criminalizar la disidencia política.

Sin hoja de ruta, con un Govern en minoría muy minoritaria que solo puede aguantar si se apoya en la muleta del PSC, con serias divisiones internas y la moral de la tropa por los suelos, el independentismo se está preparando para entonar el canto del cisne , pero atención, la agonía será lenta y larga. Y, sobre todo, procuramos no echar gasolina al porque fuego los rescoldos son importantes y se pueden revivir en cualquier momento.

 

 

Bernardo Fernandez

Publicado en El catalán 14/11/2022

IRRESPONSABILIDAD POLÍTICA O NO


 No sé si el conflicto entre Cataluña y España llegará a solventarse algún día. Admito que en ese terreno soy muy orteguiano, y aunque me gustaría equivocarme, pienso que es una cuestión irresoluble. Creo, como dijo Ortega y Gasset que “el problema catalán lo hemos de conllevar”. Eso no significa que se tenga que eliminar a disminuir la tensión ya buscar puntos de encuentro que conviertan el asunto en algo más minoritario mejor. 

En este contexto, a Pedro Sánchez se le puede criticar muchas cosas, pero, desde luego, nadie podrá decir que le ha faltado coraje o iniciativa para encarrilar la cuestión catalana. Ahí están, si no, la mesa de diálogo, entre el Gobierno central y el autonómico, los indultos a los líderes del proceso y ahora la supresión del delito de sedición de nuestro código penal. ¿Qué se ha hecho en el otro lado? Nada. Ni siquiera constituyen una mesa de diálogo entre los partidos catalanes.

Fue el pasado jueves, en una entrevista televisada, cuando el presidente Sánchez anunció la supresión del delito de sedición en nuestro ordenamiento jurídico. Dicho y hecho, al día siguiente, los grupos parlamentarios del PSOE y Unidas Podemos registraron una proposición de ley en el registro del Congreso de los Diputados para   eliminar el mencionado delito del Código Penal  y crear, de forma simultánea, un nuevo delito de desórdenes públicos agravados. Se trata de   homologar nuestro Código al entorno europeo. Ahora bien, a nadie se le escapa, ni el presidente lo ha pretendido,  que esto es una inequívoca iniciativa política, como lo fueron los indultos a los líderes del proceso, para resolver el conflicto en Cataluña —el “contencioso vivido en 2017”, como lo llamó Sánchez en la entrevista en La Sexta—, incluso asumiendo que pueda tener coste político en el conjunto de España, porque el resultado, sostienen desde el Ejecutivo, vale la pena.

Como no podía ser de otro modo se ha abierto la caja de los truenos.  Las opiniones, a favor y en contra, han sido cuantiosas y, aunque la prudencia aconseja esperar al trámite parlamentario para saber cómo queda la ley, se pueden avanzar algunas cuestiones. Por ejemplo, hay quien dice que esta proposición de ley se ha hecho para favorecer a Oriol Junqueras, el hecho cierto es que, como muy pronto, Junqueras no estará habilitado hasta 2026 porque el delito de malversación no está previsto que se toque. Otra cuestión susceptible de polémica es como quedarán Puigdemont y los otros fugados y que según expertos juristas han de responder ante la justicia y se enfrentan a penas de cárcel e inhabilitación relativamente altas, aunque inferiores a las de los líderes juzgados y condenados por sedición.

Seguro que no descubro nada, si digo que quien ha puesto el grito en el cielo ha sido el Partido Popular (curiosamente, aunque en teoría por motivos muy distintos, esta iniciativa la rechazan por igual el PP, la CUP y Junts). A Alberto Núñez Feijóo le ha faltado el tiempo para cargar contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. “Siento tener razón en que Sánchez pone siempre su interés político por encima del de España. Es una irresponsabilidad histórica corregir el trabajo del Supremo de la mano de los condenados y una gran ingenuidad porque el independentismo nunca, jamás, se conforme”, escribió Feijóo en su cuenta de Twitter. Por su parte, Ciudadanos ya ha pedido al líder del PP que presente una moción de censura, pero los populares, de momento no se han pronunciado sobre esa propuesta.

No se puede negar que es una iniciativa arriesgada, y el tiempo, como sucedió con los indultos, nos dirá si ha sido acertada o no. En el mismo PSOE se han elevado las voces discrepantes. Los presidentes autonómicos Emiliano García-Page y Javier Lamban que pertenecen al ala más jacobina del partido han mostrado su desacuerdo con la medida. Tiene su lógica, en mayo hay elecciones autonómicas en sus comunidades y temen que eso les afecta.

Sin embargo, y eso es lo fundamental, el CIS nos dice que el conflicto catalán como problema español ha pasado de ser la cuarta preocupación en el otoño del 2017 (la primera para uno de cada cuatro españoles), a difuminarse a partir del 2020 ( con un 1% de menciones). Eso sí, tras un momentáneo repunte en diciembre del 2019 -tras la sentencia del Supremo-, cuando se situó como octavo problema y primera preocupación para uno de cada diez ciudadanos.

Pero si hacemos la lectura en clave catalana y tomamos como referencia los datos que nos facilitan el CEO y el ICPS el respaldo a la independencia dibuja una línea muy en sintonía con la intensidad de los acontecimientos. El beneplácito al secesionismo se impone con claridad a partir del 2017 y empieza a perder combustible en junio del año siguiente, tras el relevo en el Gobierno central. De hecho, el rechazo a la secesión ya es mayoritario desde julio del 2019, después de la victoria electoral del PSOE, y solo registra una leve inflexión tras la sentencia de noviembre de ese año, cuando entre recobrar y contrarios a la ruptura con España se producir un empate técnico.

En cambio, la ventaja de los opuestos a la secesión se acentúa a partir de mediados del 2020 y, salvo algún bache puntual, se consolida entre 8 y 11 puntos a partir de los indultos del 2021. Y esta misma evolución se ve confirmada en las Preferencias sobre la relación entre Catalunya y España.

En síntesis, considero que estos datos son lo bastante elocuentes como para pensar que el presidente Sánchez está acertando en su política de reencuentro y, aunque esto suponga algún que otro traspié electoral, vale la pena intentarlo. El tiempo nos dirá si apostar por el acuerdo y la concordia es lo correcto o, bien estamos ante una irresponsabilidad histórica como dicen desde la derecha más casposa y preconstitucional.

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 14/11/2022

 

08 de novembre 2022

EL HOMBRE DE PAJA


Mucho se ha dicho y escrito sobre el reciente intento del Ejecutivo de Pedro Sánchez para renovar la cúpula del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y abortado por el PP. Pienso que no puedo aportar nada sustancial a la cuestión. Por lo tanto, no voy a insistir. Quiero, no obstante, analizar la personalidad política del líder de la oposición, aspirante a presidente del Gobierno y responsable de dinamitar uno de los últimos puentes que quedaban entre los dos grandes partidos estatales: Alberto Núñez Feijóo.

Feijóo hizo su aparición en el mundo político de Galicia a comienzos de los años noventa. Creció bajo la sombra protectora de José Manuel Romay Becaría, figura icónica del conservadurismo gallego más rancio. Se fogueó en la sanidad pública autonómica y luego pasó a Madrid a dirigir el ya desaparecido Insalud, primero y la empresa pública de Correos, más tarde, cargo al que llegó de la mano del ministro Francisco Álvarez-Cascos.

Tras la tragedia del Prestige, en 2003, fue requerido para ser consejero de Obras Públicas en la Xunta y casi de inmediato fue nombrado vicepresidente de Manuel Fraga. En 2005, aunque Manuel Fraga ganó las elecciones, el pacto de Gobierno entre los socialistas gallegos y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) supuso la jubilación del histórico dirigente conservador. Entonces Feijóo fue el hombre apoyado por Génova para imponerse en la pugna sucesoria.

En las elecciones al Parlamento de Galicia de 2009, Alberto Núñez Feijóo se presentó como candidato a la presidencia de la Xunta, consiguiendo su partido la victoria por mayoría absoluta. Volvió a convocar elecciones en 2012 y volvió a ganar. Después, en 2016 Núñez Feijóo se presentó por tercera vez consecutiva a las elecciones al Parlamento gallego y revalidó la mayoría absoluta del PPdeG. En 2018, le propusieron que se presentase para substituir a Rajoy que había dimitido, pero declinó la oferta. En 2020, volvió a convocar elecciones autonómicas y, de nuevo, ganó, consiguiendo así tantas victorias por mayoría absoluta como Manuel Fraga

Tras el fiasco y defenestración de Pablo Casado, y después de superar no pocas dudas, el pasado mes de abril Feijóo fue elegido por aclamación nuevo presidente del Partido Popular. En su discurso de aceptación del cargo, tras desgranar una serie de cuestiones relevantes en las que se ofreció para hacer grandes pactos con el Gobierno, dijo: “Yo he aprendido a negociar, a acordar. Vamos a firmar acuerdos. Que nadie cuente conmigo para participar en este entretenimiento infantil en el que ha degenerado la política española”. Sin embargo, muy pronto se olvidó el nuevo líder de la derecha española de aquellos planteamientos y volvió a poner en práctica el “casadismo”, una manera de hacer que el PP ha practicado siempre que ha estado en la oposición.

Nada más llegar a la dirección de su partido, Feijóo tuvo en su mano la oportunidad de mostrar determinación y una orientación política inequívoca no autorizando un gobierno de coalición con la extrema derecha en Castilla y León, y convertir al PP en un partido conservador europeo, preparado para dirigir España desde un centro derecha moderado. Sin embargo, dejó hacer y puso de manifiesto su falta de cuajo   político y autoridad y , de esa forma, se convirtió al PP en el aliado de  una extrema derecha rechazada en la mayoría de los países de la Unión Europea .

En cualquier caso, el punto álgido de su dislate, hasta el momento, lo tuvimos días atrás, cuando ya se dio por hecho el pacto con el Gobierno Sánchez para renovar el CGPJ. En principio, el acuerdo estaba cerrado, tan solo faltaba que Sánchez y Feijóo lo firmaran. Pero los halcones del PP y la derecha mediática vieron en la posible reforma del delito de sedición la coartada perfecta para forzar la situación y romper la baraja. El jueves, 27 de octubre, un importante rotativo de ámbito nacional se despachaba con una portada que decía: “pacto inminente del CGPJ” (…) “El PP teme la reacción de 'la derecha política, judicial y mediática”. La crisis había entrado en escena. Pese a todo, los gabinetes de Sánchez y Feijóo se pusieron en contacto, había que firmar el acuerdo…, pero las cosas se torcieron con suma rapidez.

En los círculos políticos de Madrid se da por seguro que fue Isabel Díaz Ayuso quien envió diversos mensajes al líder del PP, advirtiéndole que “no pactara con Sánchez porque le iba a engañar”. Según parece, en los días anteriores, la presidenta de Madrid había mostrado su discrepancia con el pacto, no solo por la modificación del delito de sedición, tampoco era del agrado de los sectores más duros del PP que Cándido Conde Pumpido se convirtiera en el nuevo presidente del Tribunal Constitucional.

Feijóo ha demostrado ser un hombre de paja con pocas convicciones y menos criterio. Por eso, le temblaron las piernas al sentir en su cogote el aliento de los talibanes de su partido y decidió romper las negociaciones, argumentando que la renovación del CGPJ y la reforma del delito de sedición son incompatibles. En cambio, incumplir la Constitución (que es lo que está haciendo el PP) si es compatible.

La catadura política de Núñez Feijóo quedó clara, hace unos días, tras la exhumación de los restos de Queipo de Llano; el líder de los populares dijo: “la política ha de dejar a los muertos en paz”, en ningún momento se refirió ni a la justicia ni a la reparación histórica.

Este es, a grandes rasgos, el currículum político del hombre que aspira a ser el próximo presidente del Gobierno de España. Espero, por el bien de todos, que eso nunca llegue a ocurrir.

 

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 07/11/2022

 

02 de novembre 2022

ESPERANDO AL GENERAL INVIERNO

Tememos la suerte de vivir en un rincón privilegiado del Mediterráneo. Eso nos permite, celebrar este año la “Castañada” con manga corta y el 1 de noviembre muchos ciudadanos irán a la playa a mojarse los pies mientras toman el sol. Además, aunque los precios de algunos productos y servicios están disparados por la coyuntura inflacionista internacional, no nos falta de nada. Sin embargo, no en todas partes es así. En Ucrania, por ejemplo, ya hace unas cuantas semanas que cuando llega la noche las temperaturas caen por debajo de cero y los ataques sistemáticos del ejército ruso contra la red energética del país amenazan con dejar a millones de personas sin electricidad, agua y calefacción en los meses de frío y, tanto los alimentos, como los productos de primera necesidad, escasean porque falla todo, desde los sistemas de distribución hasta los de almacenamiento y siempre por el mismo motivo: la guerra.    

Vladimir Putin y su Estado Mayor habían previsto que la invasión de Ucrania sería un paseo. Pero no, el arrojo de los ucranianos y los apoyos de todo tipo, tanto de la UE como de la UE han desbaratado los planes del Kremlin. Ante esa situación, el Alto Mando ruso ha decidido hacer de la necesidad virtud. Por eso, lanzó una propuesta de negociación totalmente inverosímil porque excluye de la mesa de diálogo a los representantes de Ucrania; pero así se gana tiempo a la espera de que los fríos del invierno hagan su presencia, y la vida se ponga en Ucrania más difícil de lo que ya lo está. De ahí, las acciones constantes de las tropas rusas para arrasar la red energética.   

La cuestión es que a lo largo de la historia a los ejércitos rusos les ha ido bien dejar a los invasores a la intemperie entre los meses de noviembre y abril. Las crudas temperaturas han sido letales para aquellos que no estaban ni preparados ni pertrechados para las extremas inclemencias de las llanuras y montañas.

La climatología fue fundamental en los fracasos militares de las invasiones de Napoleón y de Hitler. El ejército napoleónico ya estaba sufriendo un serio desgaste antes del invierno, debido a la falta de suministros, enfermedades, deserciones y bajas de guerra, pero la llegada del invierno acabó por destrozar a las tropas napoleónicas. Por su parte, la Wehrmacht hitleriana había sufrido más de 734.000 bajas y se estaba quedando sin suministros en noviembre de 1941, cuando la llegada del invierno significó el principio del fin de la aventura porque la batalla de Stalingrado dio la estocada a las tropas de Hitler en su asalto a Rusia.

Con estas referencias históricas, no es de extrañar que en el Kremlin esperen que el invierno general resitúe al ejército ruso en Ucrania. El planteamiento es simple: aprovechar la moral del enemigo debilitada por los estragos que hayan provocado las inclemencias meteorológicas para obtener una situación ventajosa. Así Putin puede esperar la llegada de la primavera para proponer, entonces, una mesa de negociación a partir de las posiciones establecidas.

La unidad europea, hasta el momento, ha sido ejemplar, pero cuando faltan pocas semanas para que llegue el invierno algunas de las políticas más incisivas frente a Moscú podrían empezar a mostrar claroscuros. 

Pero es que, además, Putin espera a la reacción de los 27 cuando llegue el frío de verdad. Este invierno, en occidente nos tocará rascarnos aún más el bolsillo para seguir financiando el apoyo militar a Kiev, y habrá que ver si las opiniones públicas de los países de la UE están dispuestas a soportar el tirón y no salen a protestar en las calles ya exigir un cambio de rumbo en las políticas de apoyo al pueblo ucraniano.

Sin duda alguna, la política energética es la que marcará la agenda política en los próximos meses en Europa. El impacto de la crisis energética en las empresas y hogares europeos está siendo brutal. El precio de la electricidad ha incrementado 10 veces de promedio en esta última década y el del gas se ha multiplicado por 14 en el mismo periodo, pero es que todavía no se ha producido el temido corte de suministro total por parte de  Rusia .

Se mire como se mire, no parece verosímil una derrota militar de Rusia. La admirable resistencia ucraniana ha hecho posible repeler buena parte de la invasión rusa, primero y reconquistar territorio que los rusos habían ocupado, después. El apoyo logistico de la OTAN ha tenido mucho que ver en esos movimientos. Pero la asimetría es tal entre unos y otros que la diferencia en motivación no es suficiente para inclinar la balanza y los soportes exteriores no pueden ser infinitos. Habrá ofensivas y contraofensivas con enorme costo humano para ambos ejércitos, pero eso a Putin le da igual. Tiene previsto terminar de reclutar y formar 300.000 soldados para que asuman tareas en la retaguardia unos y enviar al frente otros como ropas de refresco. .

Ante esta situación tan escasamente esperanzadora se impone el pragmatismo. Hay que saber que determinadas guerras no se pueden ganar. Cuando eso ocurre, se hace necesario acabarlas con negociación o aceptación. Quizás se está acercando la hora de que unos y otros negocien y/o acepten una forma realista. Parte de la solución podría pasar porque los ucranianos prorrusos conserven el territorio ocupado por los rusos a cambio de paz en Europa.

Tal vez para algunos puede resultar muy doloroso, pero a lo mejor es lo más razonable. Porque seguir masacrando vidas, bajo ningún concepto, es una opción.

 


Bernardo Fernandez

Publicado en e notícies 31/10/2022

 

DEL SOCIALISMO A LA SOCIALDEMOCRACIA

En el siglo XIX, la socialdemocracia fue una tendencia revolucionaria difícil de diferenciar del comunismo. Pretendía acabar con la división...