06 de desembre 2017

VENCER Y CONVENCER

Buena parte de las encuestas y estudios que se han publicado hasta la fecha, sobre las elecciones del próximo 21 D, apuntan un empate técnico entre soberanistas y constitucionalistas. Llegados a ese punto podrían ser los comunes, que según parece están perdiendo empuje, los que acabaran decantando la balanza.
Desde luego, todos los pronósticos hasta el momento dan como ganador a ERC, si bien en los últimos días el proyecto de Puigdemont, por razones bastante difíciles de explicar con un razonamiento lógico, pero que tienen mucho que ver con los sentimientos, está subiendo con fuerza. Además, en la otra orilla, tanto Ciudadanos como el PSC han arrancado con mucha energía. El discurso netamente liberal de Arrimadas, por una parte y la decisión de Iceta, por otra, de incluir en su lista demócrata cristianos, sindicalistas y comunistas, parece que están causando el efecto deseado en los segmentos de votantes a los que van dirigidos, que son: ciudadanos que, catalanes o no, se sienten españoles, el partido de color naranja. Catalanistas moderados y gente de progreso, en general, los socialistas.
Todo esto, está generando una situación de cierto nerviosismo en el cuartel general de los republicanos; de manera especial, ese resurgir, aunque de momento tímido, del expresident fugitivo. Pues, aunque en principio la victoria no esté en cuestión, los márgenes se acortan, y ya se sabe que en una campaña electoral puede ocurrir cualquier cosa y después ya no hay remedio.
Quizás por eso, los de Junqueras han decidido hacer un recuento de votación paralelo el 21 D, para evitar un posible “pucherazo”, han apuntado. Dicen que cuentan ya con unos 14.000 apoderados, muchos ajenos al partido, que se han inscrito para este fin. Es la táctica de siempre, en eso no han cambiado: emponzoñarlo todo por si acaso. Ellos son los puros y limpios, los otros, por lo menos, sospechosos de choriceo. Ya se sabe: piensa el ladrón que todos son de su condición.
De todos modos, que nadie dude que si los independentistas suman formarán gobierno. Por eso, si esa circunstancia no se da y los constitucionalistas pueden gobernar, hay que hacer lo que sea, cueste lo que cueste y dejarse de remilgos.
Las fórmulas para gobernar son variadas y hay donde escoger. Se puede ir, desde un gobierno de concentración a uno de coalición o un ejecutivo en minoría que utilice la geometría variable para sacar adelante las cuestiones legislativas en el parlamento. Por eso, sería conveniente que los que están por devolver el sentido común a la política catalana utilizasen la inteligencia en las fechas que se avecinan y no se cierren puertas por lo que pueda venir.
El 21 D ha de volver a imponerse la razón y el “seny”. Se trata de vencer primero en las urnas y después demostrar y convencer a los ciudadanos que los gobernantes están para resolver problemas y no para crearlos, que es lo que ha sucedido en Cataluña en los últimos cinco años.
Tenemos la oportunidad histórica de derrotar democráticamente al fanatismo nacionalista y echar a sus adalides a la papelera de la historia. pero esta vez de verdad y para siempre,
De nosotros depende.

Bernardo Fernández
Publicado en e-notícies 05/12/17


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