Me ha parecido oportuno
parafrasear el título de la celebérrima novela de Gabriel García Márquez “Crónica
de una muerte anunciada” para dar nombre a esta columna, porque creo que existe
una cierta similitud entre la magnífica narración del Premio Nóbel y la
cuestión que yo quiero explicar aquí: los supuestos trapicheos económicos de
Laura Borrás cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC),
De
la misma manera que en la novela casi todo el pueblo sabe que van a matar a un
hombre, excepto la propia víctima. En el tema que nos ocupa, casi todo el mundo
considera que Borrás va a ser inhabilitada, menos la propia interesada que se
empeña en proclamar su inocencia, aunque las pruebas obtenidas por los Mossos
d’Esquadra y entregadas a la justicia dejan poco margen para la duda.
Toda acción tiene consecuencias, y eso es lo que le ocurre a Laura Borrás. La
actual presidenta del Parlament hizo caso omiso
de las advertencias que una responsable de la ILC, el organismo que dirigió
entre 2013 y 2018 le hizo llegar sobre los contratos adjudicados a dedo al
informático Isaías H. Borràs no atendió los avisos de la responsable de gestión
administrativa de la ILC en el sentido de que no podía fraccionar contratos que
en realidad tenían un mismo fin: el mantenimiento del portal web de la
institución que promueve la creación literaria en catalán.
Laura Borrás está
a un paso del banquillo de los acusados por malversación, prevaricación,
falsedad documental y fraude. Según las conclusiones del juez instructor, la
actual presidenta del Parlament fraccionó artificialmente contratos para
beneficiar a Isaías H., con el que había mantenido previamente una relación profesional
en el grupo Hermeneia (de investigación literaria) y en un máster que Borràs
dirigía en la Universidad de Barcelona (UB).
Lo curioso de
esta presunta corruptela es que se conoció de rebote. Los Mossos d’Esquadra
empezaron a tirar del hilo a raíz de una
investigación sobre narcotráfico al amigo Laura Borràs, Isaías H, el hombre que
recibía encargos de la ILC.
Entre 2013 y 2017,
Borràs -que como directora del organismo era también responsable de las
contrataciones- adjudicó 18 contratos menores para el mantenimiento del portal
web. Seis de esos contratos fueron adjudicados al informático y el resto, sobre
el papel, a otras personas y cooperativas. La realidad, según la investigación
judicial, es que Isaías H. fue el autor material de todos los trabajos, y que
recibió “indicaciones” de Borràs para presentar presupuestos falsos, de manera
que se simulaba la existencia de otras ofertas.
La causa ha entrado en su fase
final y Laura Borrás podría ser juzgada antes de que acabe el año. Y esa
posibilidad amenaza con provocar el enésimo choque entre los dos socios del
Govern de la Generalitat.
Junts per Catalunya espera y
reclama un "frente común" del independentismo para
"defender" el escaño de la presidenta del Parlament y la
"soberanía" de la institución. Sin embargo, los antisistema de la CUP
ya advirtieron tiempo atrás que esta causa nada tenía que ver con el
independentismo y que, por lo tanto, ellos no moverán un dedo en favor de la
presidenta. Por su parte, la secretaria general adjunta de ERC ya ha dicho en
rueda de prensa que “el caso de Borrás no es represión, sino de mala
praxis”. Por eso, los republicanos se inclinan por que se aplique el
reglamento al pie de la letra y que cuando se le abra juicio oral pierda su
condición de diputada en virtud del artículo 25.4 de la normativa, que es
relativa a las causas relacionadas con la corrupción.
Es muy posible
que el próximo otoño asistamos al desenlace de este nuevo culebrón. Pero, sea
el que sea, enrarecerá un poco más las relaciones entre los dos partidos del
Govern y fraccionará un poco más, si cabe, la teórica mayoría independentista. No
es probable que la cosa vaya a mayores, son muchos los intereses que unen a
Junts y ERC. No obstante, que todo esto suceda cuando estamos sumidos en una
crisis de consecuencias imprevisibles y a las puertas de unas elecciones
municipales que pueden ser la penúltima batalla por la hegemonía política para
los próximos años dentro del independentismo, da que pensar porque no parece la
manera más adecuada de encarar los desafíos que, como sociedad, tenemos por
delante.
Bernardo
Fernández
Publicado en El
catalán 06/07/2022
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