07 d’abril 2020

INEPTITUD POLÍTICA Y MISERIA MORAL


Pensaba que durante el tiempo que dure la pandemia del Covid-19 no escribiría sobre las trapacerías del independentismo catalán. Sin embargo, por decencia política y dignidad moral he sentido la obligación de escribir esta columna.
Me equivoqué y di por hecho que la unidad de acción de todas las administraciones estaría muy por encima de las luchas partidistas y de los intereses espurios que en ocasiones se pueden agazapar en determinados recovecos de la acción política. Santa inocencia la mía. La miseria moral de algunos secesionistas es tan grande que no desaprovechan la más mínima ocasión para señalar un enemigo exterior a quien cargar todas las responsabilidades de los males que asolan Cataluña. Poco les importa que el enemigo solo exista en su imaginación y los problemas que le achacan, con frecuencia, sean fruto de su propia ineptitud política.
Justo es reconocer que, en esa extraña habilidad de cargar a otros competencias propias, por aquí tenemos grandes entendidos en la materia. El gran maestro fue, sin dudad alguna, Jordi Pujol, que logró crear escuela. No obstante, de un tiempo para acá ha florecido una interesante cantera, entre ellos destaca, Quim Torra, president del Govern de la Generalitat que está mostrando maneras y, de seguir así, muy pronto se convertirá en líder indiscutible de la falsedad y la maldad.
Cuando Pedro Sánchez decretó el estado de alarma a Torra y su cohorte de acólitos les faltó tiempo para hablar de un nuevo 155 encubierto; pero la ciudadanía no compró el argumento. Y es que el president está obsesionado en convertir el problema de convivencia que padecemos en Cataluña en un conflicto político internacional y para lograrlo no se para en barras. Por eso, el pasado 19 de marzo, en una entrevista en la BBC, demostró que su único interés era poner de manifiesto la situación que vivimos los catalanes como la disputa entre dos entidades en pie de igualdad soberana, es decir, dos estados.
Desde que se declaró la pandemia, los mensajes responsabilizando a España de lo que pasaba y que al “Estado español no el importaban los muertos catalanes” no han dejado de circular en las redes sociales y en los medios de comunicación públicos y subvencionados por el Govern que, en Cataluña son legión. En esa línea, la ANC envío una carta a todos los cónsules acreditados en Barcelona en la que, entre otras lindezas, les venía a decir que “con la independencia hubiera habido menos muertos.” Además de responsabilizar a Madrid de la propagación del coronavirus. Sencillamente demencial.
La crack, Laura Borrás, que es la portavoz en el Congreso de JxCat, ha llegado a decir que “los uniformes que necesitamos son los blancos, no los verdes, ni los de camuflaje,” y según ella la receta mágica para todo que utiliza el Gobierno central es la “unidad de España.”
Pero lo más vergonzante de todo son los palos a las ruedas que han puesto para que la Unidad Militar de Emergencias (UME) no viniera a cooperar en Cataluña para salvar vidas.
Han intentado evitar por todos los medios que se instalasen hospitales de campaña. Quizás el caso más flagrante fue el de Sabadell. Allí cuestionaron el levantamiento de uno de esos hospitales porque eran tiendas de campaña militares y exigieron que se cambiaran las separaciones verdes “porque eran muy militares” por plafones blancos. Sin comentarios. En Castelldefels paralizaron otro y han entorpecido la desinfección de las residencias de la tercera edad, pero el Govern es incapaz de hacerlo.
Siendo todo esto muy grave que lo es, podríamos hacer un poco (solo un poco) la vista gorda, si el Govern de la Generalitat hubiera mostrado una capacidad de acción, de eficacia y eficiencia extraordinarias, pero lamentablemente los números de contagiados y fallecidos en Cataluña hablan por sí solos.
Por esta vez es suficiente, en otra ocasión comentaremos la gestión.

Bernardo Fernández
Publicado en El catalán 06/04/20

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