Las elecciones generales del
pasado, 10 de noviembre, nos han dejado un panorama sombrío y un futuro tan difícil
como complejo. Con respecto a las elecciones de abril el partido socialista ha
perdido tres escaños en el Congreso y la mayoría absoluta en el Senado, siete
diputados se han dejado en este envite Unidas Podemos mientras que los
populares de Casado hacen una buena recuperación y alcanzan los 88 asientos en
la Cámara. De todos modos, no deja de ser una subida agridulce porque se habían
fijado los 100 escaños como objetivo. El gran derrotado es Ciudadanos que se
queda en la irrelevancia política con diez diputados y hace que Albert Rivera
tenga que marcharse a su casa y renuncie a recoger su acta de diputado. En
cualquier caso, el gran triunfador del 10-N es Vox que pasa de 24 a 52 escaños
y se convierte en la tercera fuerza del Parlamento.
Con los resultados a la vista
es evidente que convocar unas elecciones poco más de seis meses después de las
últimas ha sido un error. En estas circunstancias, se impone que Pedro Sánchez
haga una criba en el grupo de asesores y gurús de su entorno más inmediato.
El electorado, una vez más, ha
cumplido con su obligación con una participación que ronda el 70%. En concreto,
un 69,8% en el conjunto de España y un 72,3% en Cataluña. Estas cifras nos
pueden dar una idea de la importancia que le ha dado la ciudadanía a estos
comicios. Ahora corresponde a los políticos llevar adelante su cometido, que
para eso han sido elegidos: gobernar y sacarnos del atolladero en el que ellos
nos metieron.
De todos modos, no será fácil,
la situación política está más bloqueada que la semana anterior o hace un mes, y
el país dividido en dos mitades. Ante esta situación ya nos podemos olvidar de
las reformas estructurales, aquellas que requieren de grandes consensos para
llevarlas adelantes. Así, por ejemplo, no será posible ni modificar el sistema
electoral ni la Constitución. Por lo tanto, ya nos podemos despedir por mucho
tiempo de unas hipotéticas listas abiertas, circunscripciones electorales más
proporcionales, etcétera. Tampoco hace falta pensar en qué forma se puede
modificar la Constitución para dar respuesta al conflicto territorial. Ante
esta situación de bloqueo el problema de Cataluña se va a enquistar y eso puede
ser muy peligroso.
En este contexto, da que
pensar que los partidos que se consideran más constitucionalistas que nadie,
(PP, Ciudadanos y Vox) sean irrelevantes en las nacionalidades históricas
(expresión recogida en nuestro texto constitucional), es decir, País Vasco
Cataluña y Galicia. Sin duda algo falla en sus planteamientos a la hora de
presentarse en esas autonomías. A mi modo de ver, harían bien en revisar sus
postulados.
Por otra parte, aunque desde
las izquierdas se intente hacer un cordón sanitario en torno a Vox, no hay que
hacerse demasiadas ilusiones al respecto, porque el PP se verá obligado, por un
lado, a escorarse más a la derecha para no perder más votantes por ese flanco
y, por otro, a contemporizar con los extremistas a cambio de mantener sus
acuerdos en lugares como Andalucía o Madrid entre otros. Asimismo, los de
Abascal, ya han anunciado que la tarea a la que pondrán más empeño será en dar
al Tribunal Constitucional cuanto más trabajo mejor. Lo que nos anuncia otor
tipo de bloqueo.
En Cataluña, las cosas están
igual de complicadas que en el resto del país. ERC ha ganado las elecciones,
pero la suma de todos los independentistas no llega ni al 50% ni en votos ni en
escaños obtenidos y eso hace pensar que aquí estamos en una situación
enquistada que elección tras elección apenas se mueve. Además, la formación de
JxCat, aunque ha ganado un diputado seguirá sin poder formar grupo
parlamentario propio, porque no ha logrado el 15% necesario en las
circunscripciones de Barcelona y Tarragona, con lo cual será siendo una
formación irrelevante en el Congreso de los diputados.
Estamos ante una situación
política muy delicada y compleja, como los políticos surgidos ayer de las urnas
no le pongan muchas ganas de hacer bien las cosas, sentido común y voluntad, el
carro se les puede ir por el pedregal. El problema es que e ese carro vamos
todos.
Bernardo Fernández
Publicado en e notícies 11/11/19
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