Nunca los problemas complejos
han tenido soluciones fáciles. Por eso, pensar que la cuestión catalana,
probablemente el tema más delicado que hemos tenido es nuestro país desde la
Transición hasta hoy, se arregla con la aplicación del artículo 155 de la
Constitución es, como mínimo, una ingenuidad, por no escribir algo más grueso
De ahí que el empeño puesto
por el Gobierno central y el de la Generalitat para que los presidentes de uno
y toro ejecutivo tuvieran un encuentro, más allá de algún intento de pequeña
jugarreta, es digno de aplauso.
Es `posible que ambos
mandatarios hayan hecho de la necesidad virtud y se han visto forzados a verse
con el otro, impulsados por las circunstancias y lo delicado de sus respectivas
situaciones. Es igual. La verdad es que se encontraron, hablaron y fruto de ese
encuentro se hizo pública una declaración que puede sentar las bases para una
nueva relación entre Cataluña y el resto de España.
Como ha escrito algún articulista
ilustrado en el mencionado texto se utiliza el término “seguridad jurídica”
como eufemismo para expresar la exigencia de respeto a la ley sin hacer
referencia explícita a la Constitución que el soberanismo rechaza. También se apuesta por un diálogo efectivo
que vehicule una propuesta que cuente con un amplio apoyo de la sociedad
catalana. Todo muy ambiguo, poco concreto y bastante difuso. Cierto, pero de
alguna manera había que empezar.
Por eso, las declaraciones de
Pablo Casado y Albert Rivera, en nombre del PP y Ciudadanos, respectivamente,
cuando dicen que la reunión entre Pedro Sánchez y Quim Torra es una traición a
España, el uno y que ese diálogo es una humillación el otro, son de una
mezquindad impropia de alguien que aspira a ser presidente de un gobierno. Así
no se llega ni a presidente de comunidad de vecinos. Además, muestra la
política de vuelo gallináceo que practican y su escasa capacidad intelectual
porque son de los que creen que los problemas difíciles se resuelven con
soluciones simples. O peor aún, son carroñeros de la política que piensan que
con este tipo de declaraciones ganarán uno cuantos votos más.
Por suerte el independentismo
más sensato -que haberlo hay lo- ha empezado a entender que no es lo mismo un Gobierno
de Pedro Sánchez que uno de Mariano Rajoy. Con el primero se puede dialogar,
después llegarán acuerdos o no. Con el segundo es la política del palo y tente
tieso. Con los socialistas la cuestión catalana se ha empezado a encauzar en la
senda de la política. Con el PP gobernando ya se sabía que todo acabaría en los
tribunales.
En este contexto, fue muy
ilustrativo el operativo conjunto de los diferentes cuerpos y fuerzas de
seguridad para garantizar la realización del consejo de ministros. ¿Alguien se
imagina algo similar con el PP en la Moncloa?
También hay que hacer una
valoración muy positiva de la actitud de los Mossos ante los radicales
independentistas. Eso, supone un punto de inflexión respecto a otras
actuaciones recientes de la policía autonómica que están en la mente de todos.
Es verdad que el calendario
que se avecina será diabólico y no ayudará, pero con eso habrá que lidiar. De
forma casi simultánea entrarán los presupuestos en el Congreso y empezará la
vista oral del Procés. A las pocas semanas comenzarán las campañas electorales
de municipales, europeas y en algunas comunidades de autonómicas. Después
elecciones y sentencias. En esas circunstancias, es muy probables que las
conversaciones sobre Cataluña se vean afectadas por la inmediatez del día a día
y embarranquen.
Es pronto para hacer
evaluaciones, pero es muy posible que ese encuentro entre los presidentes
marque un antes y un después entre el Gobierno central y el de la Generalitat.
Ahora bien, que nadie piense que a desde este momento todo va a ser de color de
rosa. En absoluto. Vendrán días difíciles. Tendremos sobresaltos. Situaciones
en las que parecerá que no se avanza, que todo es inútil y que no hay solución.
Será entonces cuando los políticos deberán comportarse como estadistas y pensar,
por el bien del país, más en la próxima generación y no tanto en ganar las
próximas elecciones.
Esperemos que cuando eso
ocurra estén a la altura.
Bernardo Fernández
Publicado en e notícies
24/12/18
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