12 de desembre 2018

EL MUNDO AL REVÉS


Me perdonarán por el exabrupto, pero esto del Procés y los procesistas es para mear y no echar gota que diría un castizo de aquellos que bailaban el chotis en una baldosa.
Lo que mandan los cánones de cualquier equipo directivo, sea del ámbito que sea, ante cualquier episodio de posibles actuaciones dudosas de sus subordinados es, en primer lugar, analizar lo que ha sucedido y respetar la presunción de inocencia de aquellos que pudieran estar involucrados en los hechos a investigar. Después, y una vez llevadas a cabo, cuantas acciones de control, informativas y de análisis se precisen para esclarecer la verdad de lo sucedido se obrará en consecuencia.
Algo de eso vimos tras la actuación de la Policía Nacional el 1 de octubre DE 2017 en Cataluña. El entonces ministro del interior, Juan Ignacio Zoido, defendió a capa y espada la actuación de los cuerpos de seguridad del Estado. Es lo que se esperaba de él, es lo que tenía que hacer y es, justo, lo que hizo.
Sin embargo, en Cataluña las cosas son distintas. A veces da la sensación qué aquí el mundo sea al revés. Ya sucedió en el Parc de la Ciutadella el pasado mes de octubre cuando unos energúmenos quisieron entrar por la fuerza en el Parlament y los Mossos d’Esquadra ni recibieron los refuerzos necesarios ni las ordenes pertinentes para actuar en función de lo que estaba ocurriendo. Pero la cosa no se acabó ahí, al contrario. Con su, “apretad, amigos apretad” de Quim Torra a los radicales del Procés, hemos visto como en los últimos meses las escaramuzas en las calles por parte de los auto denominados CDR, grupos antifascistas o similares se han ido sucediendo con alarmante frecuencia. Ante esta situación, resulta preocupante que, hasta el momento, no se ha escuchado ni una sola palabra de apoyo y/o ánimo de aquellos que además de darles ordenes deben velar por su respeto profesional y estado anímico.
El penúltimo episodio de este desafortunado culebrón sucedió el pasado día de la Constitución, por la mañana en Girona y por la tarde en Terrassa. Algunos partidos constitucionalistas se quisieron manifestar en esa fecha. Sin embargo, a esos chicos indepes no les pareció bien y montaron la tangana que todos hemos podido ver en los medios de comunicación y, por lo tanto, no me extenderé narrando los hechos. Si quiero incidir, no obstante, en la actitud de hooligan del president Torra que en vez de dar cobertura y soporte a la policía autonómica exigió, de buenas a primeras, depurar responsabilidades.
Quizás por eso, y para tranquilizar a los CDR y compañía, el pasado fin de semana se permitió que, esa muchachada inocente, aunque un poco alocada que actúa con la cara tapada, cortara la autopista AP-7 durante 15 horas y después, el domingo, en plena operación retorno levantaran las barreras de los peajes, en diferentes lugares, mientras las Mossos tenían órdenes de hacerse los despistados.
Para rematar la faena secesionista nada mejor que un desplante del maestro Torra. Éste de visita en Eslovenia dijo que Cataluña debería seguir la vía eslovena. Desconozco si el president sabe que en Eslovenia tras diez días de enfrentamientos armados hubo una setentena de muertos y más de 150 heridos. Y aquí, a mí me surge una duda: o este hombre es un ignorante y no sabe de que habla o, bien, es un irresponsable que no piensa lo que dice.
Sea como sea, en ninguno de los dos casos, nos merecemos tener un president (que ha de ser de todos los catalanes), de esa catadura política y ese nivel intelectual.
Hay cosas que no se pueden dejar pasar y en Cataluña se están traspasando demasiadas líneas rojas. Es necesario poner freno a la sinrazón y hay que hacerlo ya. Mientras más se tarde más traumática será la solución.

Bernardo Fernández
Publicado en el Catalán 11/12/18

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