28 de setembre 2018

TESIS, MÁSTERS, CHATS Y OTORS EMBROLLOS


Desde hace demasiado tiempo, la política de nuestro país está siendo afectada por una serie asuntos tóxicos ajenos a la misma. Eso hace que la razón de ser de la acción pública: eliminar problemas a los ciudadanos y hacerles la vida más fácil, sea relegada para atender a cuestiones que, con frecuencia, nada o casi nada tienen que ver con la inmensa mayoría de los mortales.
En los últimos meses estamos asistiendo a un auténtico circo mediático impulsado casi siempre desde las esferas de poder, que nos hacer estar más ocupados en saber si éste o aquel político mintieron al decir que tenían un máster, habían hecho una tesis doctoral o si algunos jueces se han pasado expresando sus opiniones en un chat corporativo que en las cosas importantes de verdad.
Fue el caso de Cristina de Cifuentes, expresidenta de la Comunidad de Madrid, igual que Carmen Montón, ahora ya exministra. En el mismo ojo del huracán ha estado un tiempo Pablo Casado, hasta que en opinión del fiscal del Tribunal Supremo no ha cometido irregularidad alguna en la obtención de su máster y ha pedido el archivo de la causa. El caso del presidente del Gobierno Pedro Sánchez es similar a los anteriores. Se le acusó de irregularidades en su tesis doctoral y la ha acabado publicando en internet para disipar dudas. Sin embargo, la oposición no se ha dado por satisfecha y ahora le buscan las cosquillas con un libro publicado por Sánchez y que, según dicen los de Albert Rivera contiene alguna irregularidad. Los del partido naranja tras quedar descolocados y fuera de foco con la moción de censura han hecho suyo aquel dicho de difama que algo queda.
Pero, según parece, con todo eso no había suficiente guirigay y, casualidades de la vida, los medios digitales el Diario.es y el Mon.cat. filtraron, justo el día antes de que se cumpliera un año de la manifestación frente a la sede de Economía de la Rambla de Cataluña, que había sido ocupada por la Guardia Civil siguiendo órdenes de un juez, el contenido de unos correos electrónicos que una veintena de jueces intercambiaron, dando sus opiniones sobre lo que sucedía en Cataluña en pleno desafío independentista, ahora hace un año.
Como era fácil suponer, al siempre moderado president de la Generalitat, Quim Torra, le faltó tiempo para salir a manifestar que: “la poca confianza que pudiera quedar en la justicia española se ha roto definitivamente”, o que: “no hay independencia judicial, ni imparcialidad, ni integridad.  En consecuencia, las personas que están encausadas por los hechos de ahora hace un año no tendrán un juicio justo limpio e imparcial”. Tras ese seudo alegato, el president acabó pidiendo la excarcelación de todos ellos. Además de exigir la dimisión del presidente del Consejo General del Poder Judicial. Ahí es nada. Todo por el mismo precio.
En este contexto, las cuatro principales asociaciones judiciales emitieron un comunicado en el que consideran desproporcionada la reacción del president Torra. Y dejaron claro que ninguno de los emisores o receptores de los e mails estaba involucrado en modo alguno en el proceso judicial abierto por lo ocurrido en Cataluña ahora hace un año.
Justo es reconocer que los autores de los mensajes podían haber dicho lo mismo, ahorrándose alguna expresión como: “régimen nazi” u otras lindezas en referencia a la situación política que se vivía -y seguimos viviendo- en Cataluña.
De todos modos, más allá de lo acertado o desacertado de los correos -eso cada cual lo valorará como mejor le convenga-, ha de quedar claro que son opiniones privadas en “correos privados que no comprometen al conjunto de la carrera judicial” como manifestaron las asociaciones judiciales en su comunicado.
En cualquier caso, conviene no olvidar que quien habla de que en España no hay justicia, que aquí no hay democracia, que somos como Turquía y otras bagatelas por el estrilo, son los que son. Y aunque la ofensa y la falta de respeto tienen difícil justificación, ya se sabe que quien siembra vientos recoge tempestades. O como le dice la sartén al cazo, quítate que me tiznas.

Bernardo Fernández
Publicado en e.notícies 24/09/18

DEL SOCIALISMO A LA SOCIALDEMOCRACIA

En el siglo XIX, la socialdemocracia fue una tendencia revolucionaria difícil de diferenciar del comunismo. Pretendía acabar con la división...