03 de juliol 2018

COSAS QUE IMPORTAN


En septiembre de 1998 el director cinematográfico Carl Franklin estrenaba su película Cosas que importan. Me ha parecido oportuno utilizar como enunciado de este escrito la misma frase que empleo el conocido director para titular su filme. A partir de ahí, cualquier coincidencia entre las dos creaciones es pura casualidad.
Con este artículo, me propongo desmontar, aunque sólo sea en parte, ese dicho tan manido de que “todos los políticos son iguales”. Veamos.
El arranque del Gobierno de Pedro Sánchez fue espectacular. Lo recordamos todos y no insistiré. No obstante, no faltaron los profetas del desastre, la mayoría con las posaderas ubicadas en la derecha y más de uno con cuenta corriente en paraíso fiscal, dijeron que aquello sería como una gaseosa; es decir, cierto estruendo inicial para desbravarse con rapidez.
Sin embargo, parece que el Ejecutivo socialista ha alcanzado la velocidad de crucero y no pasa día que no nos dé motivos para creer que este Gobierno trabaja de otra manera y en cosas que de verdad importan a la ciudadanía.
Por ejemplo, en el tema siempre escabroso de la corrupción. Como todos recordamos no había pasado ni una semana del nombramiento de los ministros cuan saltó la noticia que él, entonces, ministro de Cultura y Deporte, Máxim Huerta había sido multado por defraudar a Hacienda. Pues bien, en horas Huerta dimitía. La ejemplaridad rapidez y contundencia fueron modélicas. Algo similar ha sucedido con Jorge Rodríguez, ahora ya expresidente de la Diputación de Valencia y que había sido acusado de supuestas irregularidades en la contratación de personal directivo para una empresa pública.
De igual forma, ha sido ejemplar la actitud del Gobierno con migrantes y refugiados. Una referencia para otros Gobiernos de la UE.
Lo mismo se podría decir de la decisión del Ejecutivo de trasladar los restos mortales de Franco y José Antonio para hacer del Valle de los Caídos un espacio de reconciliación de todos y para todos y no sólo de los de un bando, como ha sido hasta ahora.
Pues bien, mientras todo esto sucede, en el Ministerio de Hacienda ya han empezado a elaborar los Presupuestos para 2019. Unos Presupuestos que el Gobierno de Sánchez pretende que sirvan para dar un giro a la política presupuestaria y reforzar el Estado del bienestar. El eje vertebrador de esa nueva orientación sería cumplir con los objetivos de déficit y deuda marcados por Bruselas, pero priorizar la cohesión social, la lucha contra la desigualdad y la sostenibilidad.
En este contexto, el diseño de las cuentas irá en la línea de fomentar un cambio en el modelo de producción que genere un crecimiento más cercano a los criterios de igualdad y redistribución.
Por todo ello, Pedro Sánchez ya ha anunciado que “necesitamos un sistema fiscal de primera para tener un Estado de bienestar de primera”.
Y mientras el Gobierno se preocupa y ocupa de las cosas que de verdad importan, los que decían ser uno de los partidos con más militantes de Europa, andan a la greña, entre otras cosas, por las falsedades del censo y porque van a hacer unas elecciones primarias que no van a llegar ni a simulacro. Si como parece, los militantes que voten no llegan ni al 10% de los afiliados, eso será una charlotada, no un proceso electoral.
Por cierto, mientras unos trabajan y otros se descalabran solos, Quim Torra promociona la ratafía “porque nos hace más fuertes como país”. Sobran los comentarios y conste que ese licor me parece un digestivo excelente, pero cada cosa en su lugar.

Bernardo Fernández
Publicado en e-notícies 3/07/18


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