A
veces, lo imposible se hace posible. Eso es lo que ha sucedido con a moción de
censura que presentó Pedro Sánchez -por dignidad, según dijo-, contra viento y
marea y que casi nadie pensaba que saldría a delante.
Sin
embargo, las ganas de echar a Mariano Rajoy y al PP, por su arrogancia y manera
de comportarse, sumadas al hartazgo por la corrupción, han actuado como
galvanizador para aglutinar a una auténtica sopa de letras que ha juntado sus
votos para desalojar a Rajoy de la presidencia del Gobierno y, por
consiguiente, de la Moncloa y al PP del Ejecutivo.
Joan
Tardà (ERC) lo definió perfectamente en su intervención cuando dijo: “el si a
Pedro Sánchez es un no a Mariano Rajoy”.
Tiempo
tendremos para hacer un análisis en profundidad de todo lo sucedido, pero, en
mi opinión, el partido Popular equivocó su estrategia ante la iniciativa de
Pedro Sánchez.
En la
primavera de 2017 Podemos presentó una moción de censura que tardó más de un
mes en sustanciarse. En cambio, en esta ocasión Ana Pastor (presidenta del
Congreso) ha acortado sustancialmente los tiempos. El PSOE entraba su moción a
registro el 25 de mayo y el 31 se iniciaba el trámite y al día siguiente la
votación.
Es muy
probable que los populares con Rajoy a la cabeza minusvaloraran la iniciativa
de los socialistas y pensaran que era una alcaldada de Sánchez para tener algo
de protagonismo. Por eso, creyeron que cuanto antes se quitaran aquel engorro
de encima mejor.
Quizás,
si hubieran hecho un análisis más ajustado a la realidad y se hubiesen dado más
tiempo, habrían tenido, por lo menos, la posibilidad de ver como de caldeado
estaba el ambiente y tal vez hubiesen podido buscar algunas complicidades. Las
mismas que tuvieron pocos días antes para aprobar los presupuestos generales, y
ahora les han dejado colgados
Como
dice un viejo amigo, no deja de ser curioso que la tan criticada justicia
española que según algunos estaba aliada con el Gobierno, ha sido el detonante
para echar a los corruptos de ese mismo ejecutivo con el que se supone que se
había compinchado.
La
sentencia del caso Gürtel, en especial la referencia que hace el tribunal a que
el PP creó una estructura financiera y contable paralela a la oficial al menos
desde 1989. También que los magistrados de la Sala de lo Penal compartieran la
visión de la Fiscalía, que cuestionaba la veracidad de las declaraciones de
Mariano Rajoy, ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia y la
tolerancia política.
Pedro
Sánchez no lo tiene fácil. Con 84 diputados (esos son los que tiene el PSOE en
esta legislatura) es muy difícil gobernar. Los socialistas van a necesitar de
mucho dialogo, de mucho acuerdo y de mucho pacto. Se va a necesitar algo más
que la geometría variable de otras etapas para salir adelante. Pero hay que
felicitar a Sánchez, primero por su coraje para presentar la moción y después
por su tono en el debate. Espero poderle felicitar dentro de un tiempo por la acción
el frente del Gobierno.
Ahora
vamos a entrar en unos días de especulación. Veremos si Sánchez forma gobierno
con su guardia de corps o, por el contrario, hace una incorporación más o menos
amplia de aquellas fuerzas políticas que le han dado soporte para llegar a la
presidencia e incluye a alguna persona de reconocido prestigio.
Sin
solución de continuidad serán las fuerzas políticas las que reclamen al
inquilino de la Moncloa su trozo de cielo. Todos, como es lógico, querrán
rentabilizar su inversión. Por todo ello, llegarán situaciones difíciles,
problemas complicados y días en que algunos cuestionaran si valió la pena.
Tiempo
al tiempo. De momento en este país hay un estallido de alegría. Parece que
estos días el aire es más limpio y se respira un poco mejor. No hay corruptos
en el gobierno. En el horizonte se ve la luz de la esperanza y muchos tenemos
la sensación de que el cambio ha llegado para quedarse.
Démosle
una oportunidad a la ilusión.
Bernardo
Fernández
Publicado
en El Catalán 02/06/18
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