10 de juliol 2013

CLÁUSULAS SUELO

Se han cumplido dos meses desde que se hizo pública la sentencia del Tribunal Supremo (TS) que declaró nulas las cláusulas suelo de las hipotecas, incorporadas sin la suficiente información para que los clientes evaluaran su impacto.


La mencionada sentencia declara nulos tales apartados en las cargas de BBVA, NCG Banco y Cajamar por falta de transparencia. Asimismo, el Supremo –a instancias de la fiscalía- declaró la irretroactividad del fallo. De ese modo, la banca entiende que se pone punto final al debate sobre si se debía o no devolver el dinero cobrado a pesar de las reiteradas bajadas del Euribor.

No obstante, desde la publicación de la sentencia del Supremo, el pasado 9 de mayo, se han conocido diversas resoluciones que hacen caso omiso de la irretroactividad del Alto Tribunal. En ellas, se siguen las directrices del TS para anular las cláusulas suelo y, además, se condena a las entidades a restituir las cantidades que los clientes pagaron de más en los últimos años.

Fuentes jurídicas de máximo prestigio sostienen que la sentencia del Supremo debe aplicarse de forma integra. Recuerdan que el fallo se tomó en Pleno y por los 13 magistrados. Esto significa que, además de que todas las hipotecas con cláusula suelo de las tres entidades condenadas pasan a ser nulas, también lo han de ser aquellas que tengan disposiciones similares de otras entidades. Según el TS “formalismos carentes de eficacia, como puede ser la lectura del contrato por parte del notario”, no pueden sustituir el “perfecto conocimiento” de todos los términos del mismo, imprescindible para que el usuario firme o no la hipoteca.

Por otra parte, siguiendo las indicaciones del ministro de Economía, Luís de Guindos, el Banco de España ha pedido al sector que analice los contratos y calcule el impacto de una posible retirada de estos límites hipotecarios antes del 31 de julio.

Las innumerables trapacerías de las entidades financieras son, en buena parte, causantes de nuestros males. Ahora, cumpliendo con diligencia la sentencia del Supremo, tienen una buena oportunidad para hacerse perdonar parte de los errores cometidos. En una sociedad como la nuestra, guste o no, la banca es necesaria; pero eso sí, una banca con conceptos éticos, tales como respeto a la dignidad de la persona y a sus derechos, estricto cumplimiento de la legalidad y objetividad profesional. Al fin y al cabo, tampoco es pedir tanto.

Bernardo Fernández

Publicado en ABC 10/07/13

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