02 de març 2022

LA PIEL MUY FINA

Claro y concreto: Josep Borrell es una de las cabezas mejor amuebladas de los políticos europeos de la actualidad; aunque para algunos sea el adversario a batir.

Recuerdo cuando Pedro Sánchez le ganó la moción de censura a Mariano Rajoy y formó Gobierno, se me acercó un viejo conocido de militancia indepe y me dijo: “te felicito por la valentía que demostraron los socialistas plantándole cara al PP, a Mariano Rajoy ya la corrupción Vuestro líder es un tío que los tiene bien puestos, además ha hecho un equipo que me parece muy bueno, con mujeres y gente joven, solo hay uno que no me gusta, Borrell”. Esa es la cuestión, Pep es la bestia parda del secesionismo. Eso de que sea catalán, pero que no sea de los suyos y que les diga las verdades del barquero les saca de quicio y no se lo perdonan. Que le vamos a hacer. Nadie es perfecto  

 El último episodio de ese permanente desencuentro lo hemos vivido en las últimas horas. En una comparecencia del alto representante de la UE para Asuntos exteriores, Josep Borrell aprovechó para reivindicar el valor del presidente de Ucrania Volodimir Zalenski. “Gracias a Dios, Zalenski no es el tipo de líder que huye escondido en un coche…” Pues bien, según se aclaró después Borrell se refería al anterior presidente de Ucrania el pro ruso Víktor Yanukóvih.

 Sin embargo, los hiperventilados procesistas se han lanzado sobre Borrell como auténticos carroñeros, sin atender ni a razones ni a matices y sin contratar la información.  Para Laura Rosel, de Catalunya Radio, las palabras del alto representante de la UE son “pixar fora de test”, La Vanguardia le ha colocado un semáforo rojo, para Pilar Rahola, “es una mala persona” y para el gurú del independentismo más Hooligan, Antoni Basas, “Josep Borrell es un político incapacitado para desempeñar el cargo que ocupa” .  

 Es triste pero real. Una vez más se ha puesto de manifiesto la falta de ética profesional y el nulo rigor con que esos individuos afrontan su trabajo. Para empezar, Borrell no hubiera faltado a la vedad si se hubiera referido al expresidente prófugo, Carles Puigdemont, pero ni siquiera eso, él se refería al anterior mandatario ucranio. Sin embargo, esos muchachos que se dicen a informarnos y que cobran unos sustanciosos sueldos que les pagamos entre todos los ciudadanos porque están en nómina de medios de comunicación públicos o, en otros no públicos, pero generosamente subvencionados por el Govern, hacen su trabajo como unos aficionados que se dedican a la informacion en horas libres y ratos perdidos.Y es que al final están muy lejos de ser unos auténticos profesionales, tiene la piel muy fina y lo único que les interesa es la “embolica que fa fort” para seguir manteniendo el chiringuito y vivir del momio.

 

  

Bernardo Fernandez

Publicado en El catalán 03/02/2022

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