28 d’octubre 2020

EL CANTOR DEL 3%


 

Me ha costado más de lo habitual ponerme a escribir este artículo. La razón es que el protagonista del mismo, Daniel Osácar es un hombre que tiene 85 años, parece que no anda sobrado de salud y, encima, con un futuro judicial bastante complicado. No me gusta hacer leña del árbol caído y sacar a la luz las miserias de un pobre anciano no demuestra, precisamente altura de miras, pero la corrupción del partido que gobernó 23 años Cataluña, Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), fue tan desmesurada y nos ha hecho tanto daño como, pueblo, como país y como sociedad y durante tanto tiempo que no denunciarlo me parece todavía peor.

Daniel Osácar tenía fama de ser un hombre serio, discreto y formal, pero sobre todo nacionalista a macha martillo que diría un castellano viejo. Cuando estalló el caso del expolio del Palau de la Música era el tesorero de CDC y la tormenta le enganchó de pleno. Por eso, en la actualidad cumple condena de tres años y medio de cárcel porque en el juicio quedó demostrado que había blanqueado dinero. En circunstancias difíciles mantuvo el tipo y mientras otros acusados cantaban para llegar a acuerdos con la fiscalía y rebajar condenas. Él, por el contrario, se mantuvo hermético y llegó a decir que “allí se había mentido mucho”.

Tanto es así que Artur Mas había dicho en más de una ocasión que “ponía las manos en el fuego por él”. Nada que objetar. Es lógico que los correligionarios de un mismo credo se apoyen entre sí, e incluso sean solidarios y se den cobertura cuando vienen mal dadas.

Sin embargo, parece que el ex president se ha chamuscado las extremidades delanteras, y que todo quede ahí porque Osácar ante la soledad en la que le han dejado los antiguos colegas está dispuesto a cantar La Traviata si viene a cuento.

Cuentan fuera de foco, los que conocen bien los entresijos del mundo convergente que al extesorero siempre le habían asegurado que pasara lo que pasara, el partido estaría detrás para ayudarle, para cubrir sus necesidades y para garantizar un futuro de su familia. Por eso, mientras Félix Millet y Jordi Montull pactaban con el fiscal y confesaban mordidas a CDC en el juicio del caso Palau, Daniel Osácar se mantenía férreo en sus declaraciones y negaba lo que otros habían admitido ya.

No obstante, todo tiene un límite, y el tiempo ha ido pasando y de lo prometido nada. En esas circunstancias, Osácar consideró que los códigos de honor por los que se había regido estaban rotos. Pidió hablar con la junta de la prisión y allí explicó que se sentía traicionado y mostró su arrepentimiento. A mediados de septiembre y después de 75 días en la cárcel de Brians 2, La Generalitat, considerando su edad y estado de salud, le concedió el tercer grado y de esa forma cumple la pena en un piso tutelado. Normalmente la Fiscalía suele oponerse a esas iniciativas, pero esa vez no ha sido así, porque se valorado su “arrepentimiento”.

Ante esta situación, el fiscal Anticorrupción José Grinda vio la oportunidad de ganar un colaborador y le propuso un pacto en el caso 3%, donde hay 32 procesados, entre ellos el mismo Daniel Osácar, por organización criminal, blanqueo, tráfico de influencias y cohecho.

Será muy interesante conocer las explicaciones que da el extesorero convergente sobre ese macro caso de corrupción. Cuál era el Sobre el papel de Germà Gordò como gerente de CDC, la relación de este con Artur Mas, que hay de cierto y que no sobre el pitufeo, denominación coloquial que utilizaban 14 altos cargos de CDC, para referirse a las donaciones que hicieron al partido entre 2008 y 2010. Algo que en principio no es objetable, pero se complica cuando se comprueba que todas esas donaciones fueron de 3.000 euros en metálico y hechas a final de año. Según las investigaciones todo apunta a que en realidad era una manera de canalizar dinero de procedencia ilícita.

Tras esta cascada de hechos tan turbios habrá que ver si la Fiscalía Anticorrupción considera que la declaración de Osácar tiene el suficiente fundamento como para solicitar la imputación de Artur Mas que, no olvidemos era el máximo responsable del partido en esa época. Es importante señalar aquí que como el ex president no es aforado el juez de la Audiencia Nacional De la Mata lo podría llamar a declarar en cualquier momento.

De todos modos, ante el desmoronamiento generalizado del imperio convergente, es importante potenciar la vocación “lírica” de Osácar y de otros personajes similares que, con toda seguridad, aparecerán en la escena del universo político catalán y esa puede ser la vía que sirva para deshilachar la madeja de corrupción tejida con tanto ahínco por las huestes pujolísticas y que continúa con sus herederos y, muy posiblemente, siga todavía bajo otras siglas, pero con idéntica finalidad.

Esperaremos impacientes a que alguien dé el Do de pecho. 

 

 

Bernardo Fernández

Publicado en El catalán 24/10/20

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