29 de maig 2019

TIEMPO DE PACTOS


En las elecciones europeas del pasado domingo, 26 de mayo, los ultranacionalismos y los euroescépticos ganaron en algunos países, pero no han lograron imponerse en el Euro parlamento (no llegarán a ocupar dos tercios de la Cámara). La democracia cristiana y la socialdemocracia retroceden en casi todo el continente. En ese contexto, serán verdes y liberales los que tengan la llave para determinar mayorías.

En el ámbito español, el PSOE ha ganado con claridad todos los comicios de este largo ciclo electoral: generales en mayo y ahora europeas, autonómicas en doce comunidades y municipales.

De todas maneras, el superdomingo no les salió redondo a los socialistas. La victoria les ha dejado un sabor agridulce.

Es verdad que Josep Borrell, a la cabeza de la candidatura al Parlamento europeo logró un extraordinario resultado: 33% de los votos y 20 diputados, frente al 20% del PP y 12 escaños. Estos resultados convierten al PSOE en la mayor fuerza parlamentaria del grupo socialdemócrata europeo.

Por otra parte, el socialismo ha ganado en diez de las doce autonomías en las que había elecciones. Sin embargo, todas las miradas estaban puestas en la comunidad de Madrid. Después de veinticuatro años de hegemonía indiscutible de la derecha, las cosas podían cambiar. Ángel Gabilondo tenía posibilidades de ganar y, lo más importante: gobernar, pero la suma de PP, Cs con el apoyo de Vox, sumado al fisco de Podemos han echado al traste las posibilidades de dar el vuelco.

Algo similar sucedió en el Ayuntamiento de Madrid. Manuela Carmena obtuvo un 30,94% de apoyos, fue la más votada en la capital y sacó más concejales que nadie. No obstante, la suma de las derechas no le permitirá seguir al frente de la alcaldía, mientras que el PP con los peores resultados de la historia en Madrid, con toda probabilidad, volverá al palacio de Cibeles. La política suele tener crueldades de ese tipo.

Con los resultados de autonómicas y municipales sobre la mesa, se ha puesto de manifiesto algo que era un secreto a voces: las mayorías absolutas sean acabado en nuestro país. En consecuencia, las formaciones políticas tendrán que hacer de la necesidad virtud y dialogar, negociar y pactar si quieren gobernar. En estas circunstancias, la vertebración de derecha-izquierda adquiere más sentido que nunca. O, dicho de otro modo, puede volver la mejor política.

Se abren así nuevos escenarios. Para empezar, Ciudadanos deberá replantearse su negativa a pactar con el PSOE. La estrategia de Albert Rivera de establecer un cordón sanitario a los socialistas no le ha hecho superar al PP, que era su objetivo. Por lo tanto, sería inteligente, por su parte, que ahora los suyos buscaran acuerdos en comunidades y ayuntamientos a un lado y a otro y renunciaran a pactar con la derecha extrema; de ese modo se podría instalar en una zona centrada del tablero político y llevar a cabo una tarea de contrapesos de la que estamos muy necesitados. Aunque para eso, se precisa un nivel intelectual, una capacidad de análisis y una intuición que muy pocos poseen.

Esta múltiple batalla electoral deja un escenario muy abierto y con muchas dudas por resolver. El papel que ha de jugar Podemos a partir de ahora es uno. El futuro de Pablo Iglesias es otro. Tampoco se puede perder de vista el aumento del independentismo en Cataluña; en las europeas han rozado el 50%.  ¿Eso es algo puntual porque la gente votó con el corazón a un huido de la justicia? ¿O es que el secesionismo no ha tocado techo todavía?

Por otra parte, y pese a la victoria de Ernest Maragall en Barcelona el independentismo ha perdido fuerza porque la CUP se ha quedado fuera del consistorio y ERC y JxCat, lo que han hecho ha sido cambiar el número de concejales que logaron en 2015.

Y, ¿Pablo Casado? ¿Con los resultados de Madrid se salvará de ser defenestrado?

De momento, muchas preguntas y muy pocas respuestas. El tiempo irá desvelando situaciones. De todas maneras, algo hay de concreto en todo esto: los que no sepan o no quieran pactar, más pronto que tarde tendrán que acabar marchándose a su casa.

Tiempo al tiempo.



Bernardo Fernández

Publicado en e notícies 28/05/19

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