20 de maig 2019

DOS x UNO


Aunque estamos en plenas campañas de elecciones municipales, europeas y autonómicas, en doce comunidades autónomas, los partidos ya han empezado a hacer sus contactos más o menos discretos y a tejer alianzas para poner en marcha la XIII legislatura de España.

En efecto, el presidente en funciones, Pedro Sánchez sabe que con 123 escaños la mayoría absoluta queda muy lejos y necesitará de pactos y acuerdos de forma continuada para sacar adelante las iniciativas gubernamentales.

Por eso, lo primero que ha hecho es llegar a un acuerdo con Unidas Podemos para la Mesa del Congreso de los Diputados. Con ese pacto, el PSOE se asegura tres miembros, incluida la presidencia, dos los de Pablo Iglesias, con una vicepresidencia y la primera secretaría y quedan dos sillas para el PP y dos para Ciudadanos. De ese modo, quedan fuera del acuerdo nacionalistas, independentistas y Vox.

La segunda maniobra de Sánchez, que Iceta fuera presidente del Senado, la dinamitaron los independentistas al no permitir que el líder del PSC saliera elegido como senador autonómico por el Parlament. Eso sí, tiempo atrás no tuvieron ningún inconveniente en hacer senadores a los propuestos por PP o Ciudadanos.

Ante esa situación Pedro Sánchez reaccionó rápido y por si los secesionistas no querían un catalán presidiendo el Senado ha propuesto a Meritxell Batet como presidenta del Congreso y Manuel Cruz (independiente en las listas del PSC) como presidente del Sanado.

Claro que los soberanistas siempre podrán argumentar que Cruz no es de pura cepa porque el segundo apellido es Rodríguez y no tiene los ocho apellidos catalanes para ser considerado “puro”.

Poner a dos federalistas reconocidos y, además, catalanes al frente de las dos cámaras no es una cuestión baladí. Eso, unido a las reiteradas declaraciones de Sánchez sobre los problemas de convivencia que estamos padeciendo y su voluntad de resolver los problemas dentro del marco de la Constitución, define con claridad meridiana por donde quiere encaminar, el ahora presidente en funciones, sus acciones para poner el conflicto de Cataluña en vías de solución.

En este contexto, ha sorprendido la cerrazón de los partidos independentistas en poner el veto a Miguel Iceta. En especial ERC, que parecía que quería hacer “realpolitic” y, sin embargo, ha vuelto a echarse la monte; algo muy habitual en los de Junquera. No hace falta ni echar mano de los libros de historia ni tirar de hemerotecas para comprobar que el juego sucio y las malas prácticas son una constante en los seudorepublicanos, Su NO al Estatut en 2006, fue igual al del PP, por mucho que quisieran justificarlo. Fue Esquerra la que dinamitó el primer tripartito de izquierdas en la Generalitat presidido por Pasqual Maragall…, y, también, el segundo que cuando el presidente era José Montilla. O, mucho más reciente: su negativa a que se tramitaran los presupuestos para este 2019 en el Congreso, lo mismo que hicieron Ciudadanos y PP por lo que Pedro Sánchez tuvo que disolver la Cortes y convocar elecciones.

En estas circunstancias, es todo un acierto la decisión de Pedro Sánchez de emular las campañas de los comercios que ofrecen dos productos por el precio de uno. O, si se prefiere, como dice el refrán, no querías caldo, toma dos tazas.

Es evidente que Sánchez ha salido del 28-A reforzado, con las pilas cargadas y va de cara a portería, que dicen los futboleros. En este contexto y desde toda la modestia que soy capaz me tomo la libertad de sugerir al futuro presidente Sánchez que nombre ministro de Política Territorial y Función Pública a Miguel Iceta, sería algo muy difícil de encajar por el independentismo más desabrido y radical, pero, sobre todo, sería un gran acierto para la tarea que tiene ante si el próximo Gobierno de España.



Bernardo Fernández

Publicado en e notícies 20/05/19

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