Pese a que la situación
política catalana sigue tan embrollada como en los últimos tiempos, soy
moderadamente optimista y me atrevo a vaticinar que, en breve, tenderemos
Govern efectivo en Cataluña y muy pronto, también, se aprobarán los Presupuestos
Generales del Estado para 2018.
He llegado a esas dos
conclusiones porque, por una parte, se percibe que en las filas
independentistas catalanas empiezan a entender que es necesario y urgente
desbloquear cuanto antes la situación y volver a la normalidad. Y, por otra,
porque el PNV, más allá de sus postureos con el 155, no puede permitirse el
lujo de no votar unos presupuestos que son especialmente generosos con Euskadi.
En efecto, en una reunión del
grupo parlamentario JxCat, celebrada en Berlín el pasado día 18, algunos
diputados dejaron oír su voz para pedir a Puigdemont que se deje de utopías y
permita la formación de un Govern efectivo, ya.
ERC y la comisión ejecutiva
del PDeCAT, hace tiempo que vienen reclamando un Ejecutivo que gobierne. Ahora
se le han sumado casi una quincena de diputados que son, a la vez alcaldes y
ven como con la aplicación del artículo 155 de la Constitución se están
retrasando proyectos vitales en sus ciudades y pueblos cuando falta un año para
que se celebren las próximas elecciones municipales.
En estas circunstancias, si
por fin, en Cataluña se constituyera un Govern la normalización institucional
se restablecería, quedaría derogado el famoso 155, se aprobarían los Presupuestos
Generales del Estado y al conjunto de España volvería la normalidad alterada por
la situación catalana.
Por otra parte, el PNV se
juega mucho en el envite de los presupuestos. El pasado día 20 de abril se
acababa el plazo para presentar enmiendas a la totalidad y los nacionalistas
vascos no presentaron ninguna. Esperaran a finales de mayo, que es cuando se
llevará a cabo la votación definitiva para pronunciarse, con la esperanza de
que entonces lo de Cataluña esté resuelto o en vías de solucionarse.
Y es que, digan lo que digan,
al PNV le interesa, y mucho, que los presupuestos del PP salgan adelante. De
ese modo, se aseguran una inversión en infraestructuras para Euskadi de más de
500 millones de euros. De paso, dan un respiro a los populares y se evita así
un adelanto electoral que podría beneficiar a Ciudadanos que es el enemigo a
batir para los nacionalistas vascos, porque los de Rivera ya han avisado que
cuando gobiernen suprimirán el Concierto. Además, como complemento a tanto
colaboracionismo, el PP vasco daría su apoyo a los presupuestos que presente el
Gobierno del Lendakari Iñigo Urkullu que no tiene la mayoría suficiente en el
Parlamento de Vitoria.
Bien es verdad que, para una
buena parte del electorado del PNV, la imagen que les está llegando de Cataluña
con un autogobierno intervenido por el Estado es muy negativa. Así las cosas, es
muy posible que alguna factura, electoral tendrán que pagar los seguidores de
Sabino Arana, si dan apoyo al PP con el 155 en vigor.
Veremos. Todo está abierto y
casi todo es posible. Ahora bien, una cosa es incuestionable: el calendario no
para y los tiempos se agotan. Pero sí estas previsiones se hacen realidad, en
especial la primera, y se confirma la disolución de ETA en los primeros días de
mayo, como se viene anunciado. Después de tanto sufrimiento y tanta
incertidumbre, valdrá la pena hacer un buen brindis. Nos lo habremos ganado.
Bernardo Fernández
Publicado en e-notícies
23/04/18
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