02 de setembre 2009

IMPUESTOS


Antaño los meses de agosto solían ser monótonos y aburridos. Hoy en día puesto que los medios de comunicación nos tienen permanentemente informados la situación ha cambiado de forma radical. Como no puede ser de otra manera, en este mes que acaba de concluir, se han producido noticias sobre cosas serias e importantes que tienen que ver con el bienestar de la ciudadanía, por ejemplo incendios, llegada, casi continua, de pateras a las costas del sur, atentados terroristas y un largo etcétera.

Pero, también, de forma simultánea han ocurrido cosas chuscas o mejor, podríamos decir, cosas de la política. Cosas tales como acusaciones de escuchas telefónicas sin aportar pruebas, un concejal de Barcelona que quería zurrar la badana a un militante de IC porque se exhibía en un acto una bandera republicana y él la quería sustituir por una estelada, disparidad de criterios del Gobierno Catalán… Así mientras el Vicepresidente proponía movilizaciones para condicionar la sentencia del TC sobre el Estatut, -como si a estas alturas se fueran a impresionar por unos cuantos de miles de ciudadanos en la calle-, el Presidente decía justo lo contrario. Y un sinfín de dimes y diretes más. De todos modos el plato fuerte han sido las declaraciones del Ministro de Fomento, José Blanco, sobre la conveniencia de subir los impuestos a las rentas más altas.

Es cierto que las finanzas públicas están maltrechas como consecuencia de la crisis que nos azota. La caída de los ingresos públicos, los aumentos de gasto y las necesidad de una inversión pública adecuada están dejando la caja hecha unos zorros. Ahora bien, está situación no justifica “per se” el incrementar la presión fiscal a las rentas más altas. Entre otras cosas porque está por demostrar que eso suponga más ingresos al erario público.

Con la llegada del nuevo curso político llegará, también, la presentación y aprobación de los Presupuestos del Estado para 2010, y la, esperada y a la vez desconocida, Ley de Economía Sostenible, ese será el momento adecuado para ver como gestiona el Gobierno la situación de ahora en adelante.

Todo parece indicar que la rigidez salarial será uno de los caballos de batalla de unos presupuestos que serán de los más austeros desde que estamos en democracia. En esta situación no cabe duda que si no se quiere agrandar el déficit se deberá ingresar más. El Presidente Zapatero ha hablado de subidas de impuestos”limitadas y temporales”. Todo parece indicar que esas subidas serán a cargo de los rendimientos del capital y las plusvalías, mientras que las rentas del trabajo permanecerán intactas y el impuesto de sociedades es muy posible que baje.

En estas circunstancias sólo el tiempo nos dirá si lo hecho ha sido lo correcto, pero no olvidemos que los impuestos, son eso: impuestos, no son voluntarios.

Bernardo Fernández
Publicado en ABC 02/09/09

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