01 de juny 2007

ALGUNAS RAZONES PARA NO VOTAR

No cabe duda de que la fuerte abstención producida en las últimas elecciones municipales, en Cataluña pero especialmente en Barcelona, ha supuesto una fuerte decepción para los que creemos en la democracia de forma radical, sin matices y sin concesiones.

La abstención es un tema complejo y difícil que tiene orígenes muy diversos y que para analizar y evaluar serian precisos varios y profundos tratados sobre la cuestión. Por eso, no seré yo quien cometa la frivolidad de querer clarificar en un breve artículo de prensa un asunto tan farragoso. No obstante, me voy a permitir la ligereza de poner un ejemplo de porqué se abstiene una familia de clase media- media en nuestro país cuando llegan unas elecciones.

Nuestra hipotética familia vive de las rentas del trabajo, es decir de las nóminas, de los miembros que la componen y están en activo. Con el tiempo han conseguido a base de esfuerzos y sacrificios un pequeño patrimonio que aún están pagando mediante hipotecas que por cierto, con la subida e intereses, cada día son más caras. Los hijos mayores de la pareja se han independizado y han tenido que irse a vivir lejos de la ciudad por la impoiblidad de encontrar vivienda asequible en, o cerca de, su barrio de origen, además han suscrito una hipoteca que casi con toda seguridad deberán de acabar de pagar sus sucesores. El vivir lejos les hace tener que depender a diario de los servicios de cercanías, con lo cual y vista la calidad del mencionado servicio cada día ir a trabajar es una aventura.

Esta familia, ya hace bastante tiempo, que contrato los servicios e una mutua de salud privada porque la tardanza de la seguridad social les empujó a ello. Ya saben que si un día tienen un problema grave, deberán ser atendidos en la sanidad pública, pero para las cosas más habituales, dentista, ginecólogo, pruebas rutinarias etc. la atención privada es infinitamente más eficaz y pagan por ello.

Algún fin de semana les gusta salir a la playa o a la montaña, según la época del año. Son conscientes que ello presupone, casi con total seguridad, largas caravanas de retorno. Sin tener en cuenta que el combustible está en subida permanente de precios. Alguna vez que han necesitado de la utilización de los servicios públicos, como aquella vez que quisieron ingresar al abuelo en una residencia, no les ha sido posible ya que sus ingresos están por encima de otros conciudadanos y eso hace que los de menor renta tengan más posibilidades que ellos para obtener esos servicios que algún día serán universales, pero a los que de momento sólo tienen acceso de forma gratuita los más desfavorecidos. Ahora, además de todo lo expuesto, se encuentran en una situación de convivencia delicada porque su barrio, un clásico de Barcelona, registra unos altísimos porcentajes de inmigración y la manera de entender y compartir el espacio publico y preservar la intimidad del vecino es muy distinta entre los asentados aquí y los recién llegados.

Con todo este panorama de fondo, que ya hace tiempo que se arrastra, días atrás me encontré a esta familia y no se me ocurrió otra cosa que pedirles que fueran a votar el 27 M. Me miraron con desprecio y, si contestarme, siguieron caminando. En principio, quedé estupefacto, después reflexioné sobre el particular y aunque pueda parece políticamente incorrecto, esta gente, no sé si tiene razón o no para no votar, pero si tienen sus razones.

1 comentari:

Anònim ha dit...

Hola Bernardo,

Em semble molt interesant la reflexió que fas sobre aquesta familia i jo ho comparteixo totalmet.
Crec que des de l'esquerra s'han de donar mes solucions, amb al menys,el mateix grau que, des de l'adimistració, s'exigeix al ciutadà.

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