16 de febrer 2023

DEL GOVERN DEL DRAGON KHAN AL GOBIERNO FRANKENSTEIN


 

Tras las elecciones al Parlament Cataluña, en noviembre de 2003, el  Partido de los Socialistas de Cataluña  (PSC),  Esquerra Republicana de Catalunya  (ERC) e  Iniciativa per Catalunya Verds-Esquerra Unida i Alternativa  (ICV-EUiA)   suscribieron un acuerdo, conocido como el Pacto del Tinell. De esa manera, se puso fin a la hegemonía de CiU ya la etapa pujolista . Esos tres partidos formaron el primer Ejecutivo catalanista y de izquierdas  que estuvo encabezado por  Pasqual Maragall .

Aquel Govern llevó a cabo importantes iniciativas, tanto en lo social, como en el campo de las infraestructuras y del desarrollo económico, pero su labor se vio ensombrecida, con demasiada frecuencia, por el excesivo ruido mediático que rodeó la acción del Ejecutivo.

Quizás por eso, Joan Carretero, militante de ERC, tuvo la ocurrencia, que hizo fortuna, de comparar aquel primer gobierno Tripartito, del cual él mismo fue conseller, con el Dragon Khan, la atracción estrella del parque Port Aventura. Los sobresaltos con aquel Govern eran continuos y era como estar en una montaña rusa.

Unos años después, fue el añorado Alfredo Pérez Rubalcaba, quién empleo el término Gobierno Frankenstein en un curso de verano en El Escorial, para decir que ese Ejecutivo "no puede ser" porque  los socialistas "no pueden" ir a la investidura de la mano de partidos independentistas s “que quieren romper esos” que ellos quieren gobernar.

Sin embargo, “ese” Gobierno sí que pudo ser y se constituyó con los socialistas, los supervivientes de naufragio de IU y los podemitas. Pero es que, además, tuvo el soporte en la investidura y en infinidad de iniciativas de “proetarras” y “golpistas”, según expresión de la derecha y la derecha extrema. Y todo indica que va a agotar la legislatura. Ante esa situación, no parece que el bueno de Rubalcaba acertase en sus predicciones, entre otras cosas, porque “ese” Gobierno de coalición, presidido por Pedro Sánchez, es el Ejecutivo que, muy probablemente, ha llevado a cabo más iniciativas sociales de todos los encontrados desde 1.978.

No obstante, como le sucedió al tripartito catalán, el ruido que han generado los choques entre los socios de la coalición ha ensombrecido los logros políticos. O dicho de otro modo, a menudo los árboles no han dejado ver el bosque.

El Gobierno Frankenstein ha tenido que afrontar las crisis más difíciles que, probablemente, hemos vivido en democracia; primero la pandemia y después la invasión de Ucrania con las consecuencias que todos conocemos. No obstante, los números hablan por sí solos, y la hoja de ruta del Ejecutivo ahí está: se ha subido el  salario mínimo interprofesional (SMI)hasta alcanzar los 1.080 euros brutos mensuales en 14 pagas; como fruto de la reforma laboral en estos momentos hay en nuestro país más trabajadores fijos que nunca, se cerró 2022 superando los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, algo que no ocurrió desde 2007. Las pensiones contributivas han subido este año 8,5 % y algunas de las no contributivas han experimentado un aumento de hasta el 15%. Por otra parte, la economía española ha cerrado 2022 con un crecimiento del PIB superior al 5%, pagamos, junto con los ciudadanos portugueses, la electricidad y el gas más baratos de la zona euro. Además, el Gobierno ha aprobado hasta cinco paquetes de medidas para frenar la inflación, con los cuales ha movilizado más de 30.000 millones de euros entre rebajas de impuestos, subvenciones a los carburantes y ayudas a familias y empresas.

Pues bien, con este currículo gubernamental, sería razonable pensar que este Ejecutivo no debería tener demasiados problemas para, en las próximas elecciones generales, obtener una mayoría lo suficientemente holgada que permita repetir el Gobierno de coalición si así lo considera sus integrantes.

Sin embargo. La realidad es bien distinta. En estos momentos, todos los estudios demoscópicos y encuestas que se publican sobre las próximas elecciones, a excepción de las del CIS de José Félix Tezanos, dan ventaja al PP sobre el PSOE. Ya se sabe que casi ninguno de esos trabajos es neutro y solo refleja, como hace una foto fija, un instante concreto, pero, poco a poco, van creando opinión y, lo que es peor, minan la moral de los que dudaban en votar a los que van con desventaja y, por el contrario, dan alas a los que se destacan en las encuestas.

Que los socios de Gobierno discrepen es normal, porque tanto el partido socialista como Unidas Podemos vienen de culturas políticas muy distintas. Lo que no es de recibo es que las discrepancias y broncas entre los miembros de la coalición se aireen en los medios de comunicación. Estos días lo estamos soportando, en vivo y en directo, por la reforma de la ley del solo sí es sí.

Como decían los antiguos: que se queme la casa, pero que no salga el humo . Y por mucho que se esfuercen, unos y otros, en decir que eso no va a romper la coalición, a lo mejor la ciudadanía se harta de tanto rifirrafe y decide no votar o se inclina por otras opciones. Entonces, vendrá el llanto y rechinar de dientes; y si no que se lo pregunten a los que convivieron con el Govern del Dragon Khan.

 

Bernardo Fernandez

Publicado en e avisos 13/02/2023

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