14 de gener 2009

LA PIEL DEL OSO Y LOS PRESUPUESTOS


Según dicen los expertos en la materia este año será muy duro en términos económicos. La crisis financiera mostrará su cara más amarga. Y si hasta ahora han sido las grandes empresas y las entidades bancarias los que han soportado de forma mayoritaria los números rojos, éstos se están trasladando ya a la economía productiva. La traducción inmediata es que muchas empresas pequeñas y medianas tendrán que cerrar, ya que estas no se pueden deslocalizar. A nivel familiar las consecuencias son previsibles, endeudamiento y paro. Así pues, quien más y quien menos toma las mediadas preventivas que considera más adecuadas para afrontar la crisis de la mejor manera posible. Las administraciones no son una excepción.
Ante este panorama, conviene recordar aquella frase de Winston Churchill que dice: “dime los presupuestos que apruebas y te diré la política que haces”, y es verdad. Con frecuencia algunos políticos se pavonean diciendo que llevaran a cabo determinadas líneas de acción, luego basta con echar un vistazo a sus números para deducir que con esas cifras resulta imposible hacer aquellas políticas.
Así las cosas, este es un momento óptimo para ojear los presupuestos de las administraciones. Así veremos si nuestros políticos armonizan sus palabras con sus presupuestos. En el caso concreto del Ayuntamiento de Barcelona hay que decir que los números son acordes con el discurso del Acalde Jordi Hereu y adecuados para la situación que se plantea en 2009. Son unos presupuestos pensados para atender a los ciudadanos en tiempos de crisis. Estas cuentas pivotan, en buena parte, sobre la atención social, el incremento sustancial de las plazas de guardería y de los equipamientos deportivos, culturales y juveniles. Así, por ejemplo, se destinarán 472 millones de euros en prestaciones a las personas. Aquí hay que destacar la mejora en el servicio a la atención domiciliaria, que se incrementa un 24% y el servicio de tele asistencia, que en este año 2009 llegará a 45.000 personas
Con estos números sobre la mesa la oposición convergente haría bien en arrimar el hombro y dejar de pasear a su jefe de filas, Xavier Trias, presentándolo como futuro alcalde de Barcelona. Olvidan que según las últimas encuestas el 70% de los ciudadanos aprueban la gestión municipal y el 83% se muestran satisfechos de vivir en esa ciudad. No es bueno vender la piel del oso antes de cazarlo. Y para ser alcalde de una ciudad primero hay que pasar por las urnas y ganar.
Xavier Trias debería mostrar más humildad política. Tiempo habrá para postularse. Ahora toca dar soluciones a los ciudadanos. Al menos eso es lo que hacen los políticos con vocación de servicio y visión de Estado. Trias, con su actitud, demuestra que carece de lo uno y de lo otro.

Bernardo Fernández
Publicado en; ABC 14/01/2009

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