Cuando estas líneas salgan a la luz, ya habrá dado comienzo
la campaña electoral para las elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid,
que se celebrarán el 4 de mayo.
Empezaré este análisis de la situación, sin rodeos, de forma
clara y contundente: el mandato de Isabel Díaz Ayuso al frente del Gobierno de
la Comunidad de Madrid ha sido un caos, y para corroborar esa afirmación ahí
van unos cuantos datos.
Tras año y medio al frente del Gobierno de la Comunidad, el
balance de Isabel Díaz Ayuso es: ningún Presupuesto presentado a la Asamblea, una
sola ley aprobada para poner en marcha una universidad privada y una reforma de
la ley del suelo para facilitar los trámites de los constructores. Iniciativa que
ha sido recurrida ante el Tribunal Constitucional por que fue aprobada sin el
número mínimo de diputados presentes exigido por el reglamento. Como se puede
comprobar un balance legislativo brillantísimo.
Por lo que respecta a los números sobre la pandemia, es
decir, en el gobierno de lo concreto, y utilizando los datos facilitados por
Sanidad, el pasado 9 de abril, Madrid es la comunidad autónoma con más casos
confirmados, 640.656, el 19,18% del total. También es la comunidad con más
personas contagiadas que han tenido que ser hospitalizadas y, a la vez, el
lugar donde más afectados han tenido que ser ingresados en las UCI. De igual
manera Madrid ostenta el triste record de ser la comunidad con más contagios
entre el personal sanitario y, por el contrario, de las dosis de vacunas que
han recibido Madrid está a la cola de todas las autonomías en vacunaciones
realizadas. La campeona es Extremadura que ha suministrado un 88,1%, Cataluña
un 87,2%, Navarra un 84,7%, mientras que la Comunidad madrileña se queda en el
83,3%.
Estas cifras nos dan una idea bastante ajustada de la gestión
que ha hecho Isabel Díaz Ayuso al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid
en el año y medio que ha sido presidenta. Si nos queremos adentrar en un
análisis más político y escrutar los motivos que llevaron a la presidenta a
convocar las elecciones de forma totalmente inesperada deberemos atender a otros
parámetros.
Como por ejemplo que, unas elecciones en Madrid siempre son
importantes y, si se me permite una cierta frivolidad, también tienen algo de
morbo. Tampoco podemos perder de vista que la Comunidad madrileña tiene una
proyección especial y desde hace veinticinco años Madrid ha sido escaparate y
banco de pruebas de las políticas del PP. Quizás por eso, algunos analistas han
calificado estas elecciones como unas primarias de la generales.
En mi opinión esa afirmación es un tanto exagerada. Ahora
bien, no es casualidad que Ayuso busque el cuerpo a cuerpo con Sánchez. En el
PP piensan que polarizar la tensión entre Moncloa y Sol favorece a su candidata.
No obstante, podría suceder que, aún ganando las elecciones el PP, Ayuso no
contara con los soportes necesarios para formar gobierno y es que Pablo Casado
ha anunciado que no quiere consejeros de Vox en el hipotético gobierno
autonómico, mientras que la actual presidenta se decanta con hacer entrar
gestores del partido de Abascal en el sottogoverno. Si eso ocurre, el enfrentamiento entre Ayuso
y Casado estaría servido.
De todas formas hay encuestas que señalan que PP y Vox pueden
llegar a obtener un 54% del total de los sufragios. Sí es así que nadie dude
que esos dos partidos acabarán pactando, la fórmula será lo de menos.
Pero no son solo los populares los que se la juegan. También
Pablo Iglesias ha decidido arriesgar al dejar la vicepresidencia del Gobierno
para bajar a la arena de unas elecciones autonómicas. Es cierto que los
pronósticos previos a la convocatoria anunciaban que Podemos podía quedar fuera
de la Asamblea y los podemitas después de los batacazos del País vasco,
Galicia, la escisión en Valencia y la quiebra en Andalucía no pueden permitirse
más salidas de pista. Aunque si como parece, Más Madrid, el partido de Iñigo
Errejón queda por delante, el fracaso de Iglesias será de los que marcan época.
Ya me lo imagino buscando la puerta de salida porque no lo veo sentado en la
bancada de la oposición de la Asamblea madrileña.
Tampoco a Ciudadanos les llega la camisa al cuerpo. El
fantasma de no llegar al 5% y quedarse fuera de la Cámara tiene cada vez más
posibilidades de hacerse realidad, y ellos lo saben.
Por lo que respecta al candidato del PSOE, Ángel Gabilondo,
tiene mucho a ganar y muy poco a perder. De hecho, ganó las últimas elecciones,
pero sabe lo que es ser líder de la oposición, porque el pacto PP-Cs le privó
de ser el presidente autonómico. Además,
si se observan determinados movimientos parece que el partido socialista está
preparando un desembarco por todo lo alto en la Comunidad pensando en el
próximo ciclo electoral que será en 2023, pero no nos avancemos a los
acontecimientos.
Es posible que al hacer este análisis desde la distancia se
me haya escapado algún matiz, pero también es verdad que la lejanía da una
perspectiva que no se tiene cuando se está en la brega diaria.
De todas formas, todo está muy abierto. Hemos de ver cómo
evoluciona la campaña y si se produce alguna alteración de lo que nos vienen anunciando
las encuestas que, hasta el momento, señalan una victoria holgada de Ayuso sin
mayoría absoluta.
Como se solía decir en la última página de los cómics en mi
juventud: “continuará”.
Bernardo Fernández
Publicado en e notícies 19/04/2021
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