DE SUPERMAN A MANOSTIJERAS

Cuando CiU ganó las elecciones al Parlament, en noviembre de 2010, muchos creyeron que Supermán se había reencarnado en Artur Mas para salvar a Cataluña. Pero los hechos son tozudos y tras cien días de gobierno se ha visto con claridad que la situación económica del país es más nociva para el líder nacionalista que la “kryptonita” para Clark Kent.Se nos prometió “el Govern dels millors” y a la hora de la verdad nos hemos encontrado con un gobierno formado por contables, tránsfugas y agentes comerciales, (con todo el respeto para los contables y los agentes comerciales). Un gobierno que parece más un grupo de imitadores de Manostijeras obsesionados en desmontar El Estado del Bienestar que un equipo dispuesto a reflotar un país. Todos los departamentos se están viendo afectados por los recortes. No obstante, donde éstos son más exhaustivos es precisamente en los ámbitos más utilizados por las clases medias y populares como por ejemplo Sanidad, Educación y Política Sociales. No se andan con minucias, cierran plantas enteras de centros sanitarios suprimiendo así centenares de plazas hospitalarias, paralizan proyectos educativos y, también, la construcción de estaciones de metro. En cambio, de políticas de creación de empleo ni media palabra, y eso que el Conseller Mena (responsable del ramo) se comprometió a reducir el paro a la mitad. Un líder político debe ser capaz de generar ilusión y confianza en la ciudadanía y Mas ha sido incapaz de crear un marco adecuado para relanzar la actividad económica. En cambio, no ha dudado en pedir esfuerzos a las clases medias y a los más desfavorecidos mientras se suprimen impuestos a una élite selecta. El estilo de hacer de Mas recuerda la peor época de Margaret Thatcher. Da miedo pensar que sucederá cuando se aprueben los presupuestos y se hayan despejado las incógnitas electorales del 22 de mayo. Mucho me temo que el Estado del Bienestar en Cataluña, tal como lo entendemos a día de hoy tiene los días contados. El desencanto social empieza a ser evidente y para ese viaje no hacían falta esas alforjas. Bernardo Fernández Publicado en ABC 13/04/11