16 de desembre 2025

NUEVO CICLO ELECTORAL


 

El próximo domingo, 21 de diciembre, con las elecciones autonómicas que se celebrarán en Extremadura, iniciaremos, en nuestro país, un nuevo ciclo electoral. Tras los comicios extremeños vendrán, en el mes de febrero, los de Aragón, en marzo serán los de Castilla y León y, luego, en junio, las elecciones andaluzas.

Este ciclo debería cerrase en 2027 con otra serie de autonómicas, municipales y generales, pero esas últimas, nadie sabe cuándo van a ser. Seguramente, en estos momentos, ni el propio presidente del Gobierno tiene idea de cuándo las va a convocar porque, aunque está decidido a agotar la legislatura, con las cuitas internas que está atravesando el PSOE, cada vez se mueve más el suelo bajo sus pies, y la situación puede llegar a ser insostenible.

Si alguna actividad humana es proclive a la especulación, esa es, sin duda, la política. Por eso en los cenáculos políticos se manejan diversas posibilidades de cuando Pedro Sánchez convocará elecciones generales. En ese contexto, una de las teorías que tiene más adeptos es la de que en el próximo mes de junio tengamos un “súper domingo” electoral, es decir, elecciones autonómicas en Andalucía y generales en España. Hay, incluso, quién va más allá y apunta que podría haber también comicios en Cataluña, pero, ante esa hipótesis, me atrevo a afirmar que el Govern de la Generalitat no caerá en esa tentación, entre otras cosas, porque sería tanto como autocalificarse de españolista y eso, ya sabemos que aquí no tiene buena prensa. Aunque ya se sabe: especular, al fin y al cabo, es gratis.

Con todo mi cariño y respeto para los ciudadanos extremeños, la realidad es que Extremadura nunca ha tenido ni tiene un gran peso específico en la política nacional. Sin embargo, en estos momentos, debido a las circunstancias de polarización y crispación que estamos viviendo, estas elecciones adquieren una resonancia especial.

Para empezar, venimos de un pacto en Valencia, donde el PP, tras la vergonzante salida de Carlos Mazón de la presidencia de la Generalitat valenciana, ha doblado la rodilla y agachado la testuz delante de Vox para evitar ir a las urnas. Y eso ha hecho ver a los de Abascal —por si ni lo tenían claro— que tienen más fuerza de la que quizás ellos mismos imaginaban. Por eso, a partir de ahora es fácil prever que apretarán muchos más las tuercas a los populares porque ya no se conforman con un trozo de pastel, quieren el pastel entero. Y la misma táctica que han utilizado en Valencia la continuarán utilizando siempre que el PP necesite sus votos para gobernar.

Los comicios extremeños van a ser un buen banco de pruebas para ver cómo está la puesta a punto de las diversas formaciones políticas. Porque si algún partido los puede abordar con fundadas expectativas, ese es Vox; para los demás el futuro no se plantea muy esperanzador.  Según varios estudios demoscópicos los populares obtendrán unos resultados muy similares los de 2023, que, aun siendo objetivamente buenos, no dan para gobernar en solitario  por lo que tendrán que decidir ente repetir elecciones o volver a cortejar a Vox y ya sabemos lo que eso significa.

El PSOE está en unos de sus momentos anímicos y electorales más bajos y haber apostado por un candidato con una mochila judicial cargada no parece un buen reclamo electoral. Además, no sería de extrañar que el candidato socialista tuviera que empezar a pagar por los pufos que estos días vamos conociendo. Ante esa situación, poco puede hacer el bueno de Juan Carlos Rodríguez Ibarra por más que se empeñe en loar al presidenciable socialista a los cuatro vientos.

Y después está la izquierda que se sitúa a la izquierda de la izquierda. A priori las previsiones no les auguran nada bueno: en Extremadura se espera que reciban un serio varapalo, en Aragón no parece que vayan a ser decisivos para nada, algo similar puede suceder en Castilla y León, mientras que en Andalucía el gran objetivo será evitar que el PP obtenga mayoría absoluta, lo que equivale a que llegue a pactos con Vox para gobernar. Sin duda, un gran aliciente para movilizar al personal.

Este es, a grandes rasgos, el paisaje político que tenderemos a partir del próximo 21 D. En este contexto, hay quien piensa que el previsible ascenso de Vox en toda España, debilitará al PP, y también puede provocar que los ciudadanos reaccionen y se repita el fenómeno de 2023, cuando la llegada de Vox a los gobiernos autonómicos catapultó lo que un poco más tarde sería el Gobierno de coalición.

Mientras tanto, los casos de corrupción y acoso en el partido socialista están emponzoñando aún más la situación y la tensión electoral ya impregna todo el ámbito político. En ese contexto, los partidos están redefiniendo sus estrategias y poniendo a punto su maquinaria electoral más allá de Extremadura por lo que pueda venir, a la vez que no dejan de mirar de reojo las encuestas; y así resulta muy difícil llegar a acuerdos, por lo que hacer política será casi misión imposible.

 

 

Bernardo Fernández

Publicado en Catalunya Press 15/12/2025

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