29 d’agost 2014

LA VIDA SIGUE IGUAL

La declaración auto inculpatoria de Jordi Pujol, las reacciones posteriores y la entrevista Rajoy-Mas han conmocionado, como hacía tiempo que no sucedía, a la sociedad catalana y a la española por el efecto vasos comunicantes.


Eso ha hecho que estos días medios de comunicación y redes sociales tengan material de sobra para llenar sus espacios, cosa poco habitual en estas fechas de canícula.

No obstante, como dice la popular canción, “La vida sigue igual”. El sol sigue saliendo por oriente y poniéndose por occidente. Y algunos, aunque caigan chuzos de punta, y tengan a más de medio mundo en contra, siguen empecinados en llevar sus proyectos a cabo.

Es el caso de Boi Ruiz, consejero de sanidad del Govern de Cataluña, decidido a luchar a brazo partido y contra los elementos para privatizar todo lo que sea privatizable de la sanidad pública catalana. Un servicio que hasta hace pocos años era referencia para muchos de los países más desarrollados y ahora está siendo desballestado.

Todo comenzó cuando Ruiz designó a Josep Prat presidente del ICS. A éste le faltó tiempo para anunciar que el ICS era “ineficiente e ingobernable”, su alternativa era obvia: derivar a la sanidad privada que –según dicen- no está burocratizada, pero si tiene ánimo de lucro, aquellos pacientes a los que se han de realizar intervenciones poco complejas.

El susodicho señor llevó a cabo un informe sobre las posibles fórmulas de privatización de las empresas públicas. Pues bien, en el citado documento se proponía desmantelar el ICS en una veintena de empresas y poner a disposición de la sanidad privada los ámbitos de salud de mayor rentabilidad.

Por otra parte, el presupuesto de la sanidad catalana ha descendido desde 2010 la minucia de 1500 millones de euros, o si se prefiere 200 euros por habitante. Este mes de agosto se cerraran 3100 camas que veremos si después se vuelven a abrir. A pesar de esas cifras, que hablan pos si solas, Ruiz afirma, sin que se le caiga la cara de vergüenza, que así se garantiza que la sanidad sea siempre pública.

Los mitos caen, las cosas cambian, la vida sigue igual o no, pero hay prestaciones que conviene preservar, la sanidad pública de calidad es una de ellas. Por consiguiente, como ciudadanos concienciados, haremos cuanto sea necesario para que Boi Ruiz no se salga con la suya.

Bernardo Fernández

Publicado en ABC 06/08/14

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