El pasado 14 de febrero, justo un año después de las últimas elecciones
al Parlament, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, dictó una
conferencia en la que hizo un llamamiento al independentismo para elaborar una
estrategia compartida, a la vez que lanzó un aviso al Gobierno de Pedro Sánchez
para dinamizar la mesa de negociación sobre Cataluña.
Aragonés centró su conferencia en los principales retos de
futuro de Cataluña, en una intervención que buscó dirigirse al conjunto de la
ciudadanía, pero que, en realidad, estaba trufada de mensajes concretos al
independentismo.
No obstante, los recados del presidente no fueron
demasiado bien acogidos por sus compañeros de viaje, porque la CUP ni mandó
representación al acto y Junts reaccionó con una frialdad limítrofe con la descortesía
política.
Quizás para remachar el clavo, o porque estaba señalado
en la agenda política de ERC, los pasados días 12 y 13 de este mes de marzo, los
republicanos celebraron, en la Fraga de L’Hospitalet, su conferencia nacional.
El objetivo era fijar la hoja de ruta para los próximos años.
Leyendo
los papeles facilitados por los organizadores del evento, parece que el
pragmatismo se ha instalado en la cúpula del veterano partido independentista.
Allí admiten que es preciso trabajar en una estrategia para lograr sus
objetivos, pero rehúyen poner fechas a corto plazo y hablan de construir un
país en "2040 y más allá". Otra cosa es escuchar algunos discursos,
pero como son para consumo interno, de momento, vamos a dejarlo ahí.
Al finalizar el cónclave, un líder
republicano comentaba a un medio de comunicación: “Hemos aprendido que ponernos límites y corsés en forma de fechas
fijadas u hojas de ruta inamovibles nos debilita y nos limita el margen de
maniobra. Por eso, nosotros no hablamos de cuándo se producirá la
independencia, sino de cuáles son las
condiciones que se necesitan para llegar a ella. Y por eso nuestro compromiso consiste
en trabajar cada día para que se den estas condiciones lo más pronto posible”,
es decir, pragmatismo a tope.
Iniciativa loable. Ahora bien, el papel lo aguanta todo. Cuando
los socios de Govern aprieten y los compañeros de viaje se desmarquen del
posibilismo político veremos dónde buscan apoyos, porque para ellos el PSC es
el enemigo a batir y los socialistas ya hace mucho tiempo que pasaron el
sarampión del derecho a decidir. Por lo tanto, solo les quedará la muleta de
los comunes y no parece que los de Jéssica Albiach estén para muchas bagatelas.
Tanto en la vida como en la política, lo razonable suele
ser priorizar. Por eso, más allá de las entelequias que cada cual quiera
guardar en su almario, la realidad es que los republicanos llevan años formando
parte de los diversos gobiernos de la Generalitat y más de un año presidiéndolo.
Sin embargo, la situación de los servicios básicos como la sanidad, la
educación o los servicios sociales dejan bastante que desear.
Según un informe para la Federación de Asociaciones para
la Defensa de Sanidad Pública, Cataluña es la cuarta comunidad autónoma,
empezando por la cola del ranking nacional (14ª de 17), un lugar que estamos
ocupando desde 2015, y al que llegamos desde la 5ª posición que ocupábamos en
2009.
También tenemos el triste honor de ser la autonomía con
menos presupuesto per cápita para cuestione sanitarias, 1.192,83 euros por
habitante y año, muy alejados de los 1.717,49 euros per cápita de Asturias.
Somos los penúltimos en el ranking de días promedio de
espera para consultas con especialistas (78) y los antepenúltimos para pasar
por el quirófano (132)
El mundo de la educación en Cataluña está viviendo una época convulsa.
La tensión ha ido subiendo de tono y la semana pasada estalló un enfrentamiento
entre los sindicatos del profesorado y el
Departament d’Educació, que se plasmó con varios días de huelga. La chispa
saltó tras el anuncio de la Generalitat de avanzar el inicio del curso
una semana, pero el malestar viene de lejos, presupuesto insuficiente,
revertir los recortes de la crisis de 2008, bajar ratios y fijar una posición
respecto a la sentencia del 25% de castellano, entre otras cuestiones son las
demandas que se han ido posponiendo y ya no admiten más demora.
Los sindicatos apuntan que es necesario remontarse a finales de
los años 80 y principios de los 90 para encontrar movilizaciones de esta
envergadura. Los
convocantes fueron, USTEC·STEs (IAC), CCOO, la Intersindical, Professors
de Secundària (Aspepc-sps), la UGT, la CGT y la Federació d'Ensenyament de la
Unió Sindical Obrera de Catalunya. Esto nos puede dar una idea ajustada del
momento que se vive en educación, porque la convocatoria fue prácticamente
unánime.
Pero es que en servicios de atención a las personas no estamos
mejor. Tanto Cataluña como Madrid son las Cenicientas de las comunidades
autónomas de gasto social por habitante. Aunque, claro, allí gobierna el trumpismo
cheli y aquí, se supone, que gobiernan personas con sensibilidad social que se
preocupan por el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, resulta que, tanto
allí como aquí, estamos muy lejos de lo que gastan otras comunidades en
políticas sociales, incluso en plena pandemia.
Un informe de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de
Servicios Sociales indica que Navarra gasta 3.500 euros por habitante y año y
el País Vasco 3.415, mientras que en Cataluña solo se dedican 2.400 euros al
año para atención a las personas. Se podrá argumentar, con razón, que Navarra y
Euskadi son dos comunidades ricas con un Sistema Fiscal singular, y es cierto.
No obstante, comunidades del Régimen Común como Extremadura (3.129 euros),
Asturias (3.069 euros) o Cantabria (2.994 euros) están muy por encima de los
2.400 que se dedican aquí o los 2.426 de Madrid.
Está muy bien imaginar el futuro de Cataluña, pero lo mejor es
siempre empezar por el principio, y como que la sanidad, la educación, los servicios sociales y las
pensiones son los cuatro pilares del Estado del bienestar; y de esos cuatro,
tres son competencias exclusivas de la Generalitat, lo lógico sería trabajar
para tener un Estado del bienestar sólido y compacto que nos haga ser una
sociedad bien cohesionada y próspera. Esa es, a mi modo de ver, la mejor manera
de hacer posible un mañana mejor.
Bernardo
Fernández
Publicado
en e notícies 21/03/2022