23 de setembre 2024

DEMOCRACIAS EN RETROCESO

 

Tengo sobre la mesa, el informe que anualmente elabora la organización intergubernamental IDEA Internacional, con sede en Estocolmo, sobre la situación de las democracias en el mundo. Para ello, han analizado 173 países y, dicho raso y corto, “el panorama es sombrío” en palabras del secretario general de la entidad, Kevin Casas Zamora.

Según ese estudio, Oriente Próximo es “la región más autoritaria del mundo, marcada por la centralización personalizada del poder”. Allí, las prácticas represivas y las grandes desigualdades, tanto económicas como sociales, son habituales. Bahréin, Irán, Irak, Arabia Saudí, Siria o Yemen tienen el dudoso honor de estar en la cola del ranquin de los países demócratas.

En América Latina se produce una aparente contradicción porque mientras se observa que algunos países han padecido retrocesos democráticos significativos, es el caso de Nicaragua, Haití o Venezuela, otros sufren fuertes procesos de militarización como El Salvador; Guatemala, Honduras o Perú, encontramos situaciones como, por ejemplo, Chile, Uruguay o Costa Rica que gozan de sistemas políticos homologables a democracias parlamentarias consolidadas.

En cambio, llama poderosamente atención la caída de la “calidad democrática” en EEUU por el impacto del “racismo estructural” y la discriminación en la “igualdad política”. Además, la proliferación de legislaciones estatales contra el derecho al aborto pueden “afectar al resultado del país en materia de igualdad de género”, indica el informe.

Si observamos el continente africano, observaremos que allí el nivel medio de democracia se mantiene “relativamente estable”, con excepciones notables por haber dado golpes de Estado como ocurrieron en Malí, Burkina Faso o en Níger. También hay que tener en cuenta, los conflictos civiles en Etiopía o Sudán, que “han puesto de aliviar los retos para la consolidación democrática”, según el informe. Aquí hay que agregar situaciones como las de Túnez, donde el presidente Kai Said suspendió el Parlamento en 2021 para gobernar por decreto. En África los conflictos y la inseguridad siguen amenazando la democracia y los derechos humanos. Por si fuera poco, las carencias económicas y de cobertura de necesidades básicas empujan a la desconfianza en las instituciones. No obstante, se registran progresos frente a la corrupción con “mejoras significativas” en países como Angola, Burundi o Sudán (ahora sumido en una cruenta guerra civil), que conviven con descensos en otras áreas indicativas de la salud democrática. También la categoría de participación se revela como “un área de fortaleza en todo el continente”, con países como Senegal, Ghana, Kenia, Sudáfrica o Zambia que están entre los 50 primeros a nivel mundial, frente a caídas significativas en Túnez o Burkina Faso. .

El estudio señala un “amplio declive democrático” en la región de Asia y Pacífico. En los factores relacionados con las libertades civiles, como la libertad de expresión o de asociación, se observa una tendencia descendente de varios años, con una media regional “muy por debajo de la mundial”. La mayoría de los países siguen por debajo de la media mundial en todas las categorías salvo participación, con mejoras en el Estado de derecho (Maldivas, Taiwán y Uzbekistán) y representación (Malasia, Maldivas y Tailandia) “que son prometedoras”. Ahora bien, ahí encontramos Myanmar y Afganistán, dos Estados que han caído de forma pronunciada en todas las categorías “debido a la guerra civil y al colapso del Estado”.

La India está estancada en un nivel medio en representación con un cierto declive en los últimos cinco años, similar a la credibilidad de sus procesos electorales. Un área que “sigue preocupando” es la de las libertades civiles, en la que la India, Maldivas, Filipinas y Sri Lanka registraron descensos significativos en los últimos años, al igual que Afganistán y China, ya en niveles muy bajos.

La igualdad de género experimentó cambios limitados en toda la región, con descensos significativos en Afganistán (bajo control de los talibanes) y Kirguistán. Australia, Nueva Zelanda y Taiwán siguen siendo los países de la región con mejores resultados en este apartado, mientras que la gran mayoría de los demás países se sitúan en un nivel medio.

Europa domina los 20 primeros puestos de la clasificación mundial “, pero hay importantes variaciones subregionales”. En 2022 se produjo un deterioro en las puntuaciones de Austria, Luxemburgo, los Países Bajos, Alemania, Portugal y el Reino Unido. Los descensos han afectado a varios indicadores de cumplimiento del Estado de derecho o la libertad de prensa. “Aunque estos países siguen obteniendo buenos resultados en la mayoría de los factores, los descensos ponen de relieve la importancia de una vigilancia constante para garantizar el futuro de la democracia”, señala IDEA Internacional.

La “no democrática” Turquía “es una excepción” en la zona, y en el este, los regímenes autoritarios de Azerbaiyán, Bielorrusia y Rusia se sitúan muy por debajo de la media europea en la mayoría de indicadores, en contraste con el “prometedor crecimiento democrático” de países como Armenia y Moldavia, y las “notables mejoras” en Bulgaria, Chequia, Kosovo, Letonia, Lituania, Macedonia del Norte, Rumania, Eslovaquia, y especialmente Eslovenia.

Me han parecido de especial relevancia las recomendaciones que se hacen en el informe para incentivar y mantener las democracias. Algunas de ellas son: tomar acciones de defensa de los procesos electorales ―”no son un privilegio, sino un derecho”―; los parlamentos “deben aumentar las oportunidades de participación pública y la transparencia”; los gobiernos deben consultar con los poderes judiciales para crear mecanismos que permitan denunciar y sancionar los actos que atenten contra la integridad judicial, contrarrestar el continuo y grave deterioro de las libertades de expresión asociación y reunión y defender la labor de los medios de comunicación y la sociedad civil.

Cuestiones, en realidad, tan elementales que quizás por eso las obviamos. Y no deberíamos olvidar que ni la libertad ni la democracia caen del cielo, hay que luchar y ganarlas cada día. No nos olvidemos.

 

 

Bernardo Fernández

Publicado en CatalunyaPress 22/09/2024

15 de setembre 2024

LUCES Y SOMBRAS EN EL SISTEMA DE FINANCIACIÓN SINGULAR PARA CATALUNYA

El pacto alcanzado por PSC y ERC para mejorar la financiación para Catalunya ha abierto la caja de los truenos. Para algunos (socialistas catalanes, protosocialistas y afines) es el logro de una vieja aspiración, otros se lo miran con escepticismo y para no pocos rompe el principio de solidaridad, quiebra la justicia social y la igualdad territorial; sin olvidar al PP y a VOX, porque para ellos es un robo a todos los españoles, es inconstitucional y casi, casi un crimen de lesa humanidad.

Existen palabras y/o expresiones que asustan, y concierto económico, a según quien le produce algo así como repulsión, por las concomitancias que tiene con la insolidaridad. Por lo tanto, esquivemos los debates nominales o semánticos y vayamos al meollo de la cuestión.

Estamos ante un tema sumamente complejo y, hasta el momento, las explicaciones dadas han sido más bien escasas y sin ir al fondo del asunto, pero una cosa está clara: los recursos son finitos y, por consiguiente, lo que se dé en un sitio. se dejará de dar en otro, a no ser que se tenga previsto algo así como la multiplicación de los paneles y los peces, en la versión 5G.

El acuerdo alcanzado, entre socialistas catalanes y republicanos, diseña una financiación para Cataluña muy similar a la del sistema foral. La idea es que la Agencia tributaria catalana gestiona, lo más pronto posible, todos los impuestos. Para no pocos expertos, este sistema será una anomalía en el ámbito internacional, restaurará recursos al conjunto del país y puede quebrar el equilibrio territorial.

En opinión del catedrático de Economía Aplicada y presidente del comité de expertos para la reforma fiscal, Javier Ruiz-Huerta, “un eventual concierto económico sería inviable económicamente porque no se podrían mantener los estándares del territorio” . Pero es que según el director ejecutivo del centro de análisis FEDEA, uno de los mayores expertos en financiación, Ángel de la Fuente, “Ahora se recaudan en Catalunya unos 55.000 millones de euros y la mitad van al Estado. Para que el Estado no pierda poder recaudatorio, la suma del cupo más la cuota de solidaridad debería alcanzar ese 50%, sin renunciar a los 2.000 millones que Catalunya aporta al sistema de financiación de las CCAA. De otra manera, habrá menos dinero para todos en el conjunto del país”.

No sería de extrañar que, con este nuevo modelo, otras comunidades que son aportadoras netas al sistema, como es el caso de Madrid o Baleares quieran, también, gozar de las mismas condiciones que Catalunya y eso haría aún más profunda la brecha entre comunidades ricas. y    comunidades pobres.

Sostienen algunos entendidos que ese sistema de financiación singular obligaría a modificar la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA) y si ese modelo no se extiende al resto de comunidades del régimen común, estaríamos ante un caso flagrante de inconstitucionalidad porque se vulnera el artículo 139 de la Constitución, según el cual, Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado” Pero si se generaliza, el Gobierno podría acabar sin capacidad económica para desarrollar iniciativas que conlleven un gasto de cierta magnitud .

El debate está servido. Habrá que esperar al texto definitivo para que nos podamos forjar una idea ajustada de lo acordado. Con todo, conviene no olvidar que el pacto alcanzado por PSC y ERC tiene su origen en el sistema de financiación que se incluyó en el Estatut de 2006 y que fue acordado por PSC, CiU, ERC, e IC-EUiA, “cepillado”. en el Congreso de Diputados y votado favorablemente por la ciudadanía de Catalunya en referéndum y el Tribunal Constitucional lo dio por válida en la sentencia de 2010.

Estamos ante un tema poliédrico con muchas luces y sombras que da para se pueden hacer muchas lecturas. Yo me he limitado a dejar algunos apuntes sobre el tapete para favorecer la reflexión. Pero, con toda seguridad, lo volveremos a tratar. Ocasiones y motivos seguros que los vamos a tener.

 

Bernardo Fernández

Publicado en Catalunya Press 15/09/2024

 

05 de setembre 2024

EL TALÓN DE AQUILES DE LA UE

 

No vivimos buenos tiempos para el pacifismo. Europa está encajonada entre dos guerras a las que no se les ve el final y que amenazan con extenderse. Por si fuera poco, los servicios de inteligencia alemanes han detectado que Rusia estará en condiciones de atacar a un Estado miembro de la OTAN en 2027. Ante esa posibilidad tan sombría, el Gobierno alemán ha decidido poner un plan en marcha para que, cada año, entre 5.000 y 10.000 jóvenes se alisten al ejército y, una vez allí, intentar seducirles a que se comprometan con la milicia y, así, aumentar el número de soldados profesionales.

Finalizada la Guerra Fría, en las postrimerías del siglo pasado, los ejércitos europeos evolucionaron hacia un formato mucho más profesional, con menos efectivos, pero con un personal mejor preparado y equipado. Sin embargo, treinta años después de aquella supuesta pacificación mundial, ese criterio ha ido cambiando de manera paulatina pero constante. No es casualidad que en países como Austria, Dinamarca, Grecia o Suecia exista el servicio militar obligatorio. No obstante, en cada lugar los requisitos y las características varían, en cuestiones como el tiempo de permanencia o la exención de las mujeres.

Esta evolución de los planteamientos militares de los estados no es fortuita, viene dada por dos cuestiones fundamentales, la primera, la complejidad global en la que se han de desenvolver los países y la segunda, la evidencia de que la defensa es el talón de Aquiles de la UE. En el mes de noviembre de 2021, desde el departamento del vicepresidente de la Comisión Europea y máximo responsable de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, bajo el título “Brújula estratégica”, se elaboró un documento que hicieron llegar al pleno de la Comisión Europea; con aquel estudio se quería forjar en la UE una posición común sobre las amenazas geopolíticas que afrontaba el club. Como primer paso se proponía la creación de una fuerza militar de emergencia antes de 2025. “Europa está en peligro y los europeos no siempre son conscientes de ello”, advertía Borrell en la presentación que hizo del documento a los principales medios de comunicación europeos. Pues bien, cuando faltan poco más de tres meses para que entremos en 2025, esa fuerza militar de emergencia, que sugería el alto mandatario, ni está ni se la espera.

Los gobiernos comunitarios deberían tomar conciencia de la situación. Para los ciudadanos de Europa occidental la seguridad colectiva ha estado garantizada desde 1949 por la Alianza Atlántica y asegurada por la contribución fundamental y muy mayoritaria de Estados Unidos. Un pacto beneficioso para todos. El socio mayor obtuvo la hegemonía y todo lo que eso conlleva. Mientras, los europeos se pudieron despreocupar de su defensa y dedicar recursos a otras partidas ajenas a las Fuerzas Armadas. Los resultados son evidentes y nadie reniega de ellos: la paz, la estabilidad y la prosperidad han convertido a la Unión en un club en el que hay codazos para entrar, sobre todo en momentos de peligro y del que nadie quiere salir ─a excepción del Reino Unido, algo de lo que ya se están arrepintiendo─. No obstante, esta situación puede cambiar de forma radical si Donald Trump regresa a la Casa Blanca el próximo noviembre.

España siempre ha sido uno de los países más rezagados a la hora de invertir en Defensa. En 2021, nuestro gasto en cuestiones militares fue del 0,78% del PIB. Ante esa situación Pedro Sánchez, en el pleno de la OTAN celebrado en Madrid, se comprometió en alcanzar el 2% en 2028. Si queremos ser un país plenamente europeo lo hemos de ser en todas sus vertientes. Sin embargo, ese gasto no es bien visto por amplios sectores de la sociedad

La decidida actuación de la UE y su apoyo incondicional a Ucrania ante la agresión rusa nos sitúa en una nueva guerra fría y ahora toca rehacer el statu quo internacional. Los conflictos se entremezclan en la geopolítica global. No es solo Rusia. Estamos viendo la actitud de Israel en el conflicto de Gaza. Para algunos observadores, China es un “desafío estratégico” para Occidente. Asia es un lugar especialmente caliente con varios conflictos potenciales como es el caso de Taiwán, Corea del Sur y Corea del Norte. Las tensiones en el Pacífico no son menores y ahí India es un aliado preferente de Rusia (compradora principal del petróleo que la UE rechaza como represalia a la invasión rusa de Ucrania).

La humanidad está sentada sobre un polvorín y no acabamos de ser conscientes de ello. En buena medida todo depende de lo que suceda en Ucrania y en Gaza. Si Putin se impone a los ucranianos toda Europa entrará en pánico y si el conflicto de Oriente se extiende por la región, el suministro de carburantes peligrará. Entonces, todo eso podría evolucionar hacia una situación imprevisible e incontrolable y ya sabemos que las consecuencias de las guerras son devastadoras: Además de la crisis humanitaria (principal problema), tendríamos pérdida de vidas, desplazados, posibles hambrunas y un largo etcétera y, con toda seguridad, nos alcanzaría otra crisis energética, en suministros y precios.

Nada más lejos de mi ánimo que escribir una oda al belicismo. Pero  la autonomía estratégica europea es una necesidad. Los fondos imprescindibles para hacer viable unos mecanismos adecuados a las circunstancias que nos han tocado vivir no surgirán por ensalmo, ni como un maná caído del cielo. Corresponde a los gobiernos de los estados tomar conciencia de la situación e invertir en la Alianza Atlántica, con la intención de que la Unión Europea sea su más firme puntal. Eso sí, asumiendo que hay que pagar el precio correspondiente. La UE y OTAN deberían ser las dos caras complementarias de una misma moneda. La época de vivir de gorra en cuestiones de defensa se ha terminado. Los gobernantes deben ser realistas.

 

 

Bernardo Fernández

Publicado en CatalunyaPress 02/09/2024

DEMOCRACIAS EN RETROCESO

  Tengo sobre la mesa, el informe que anualmente elabora la organización intergubernamental IDEA Internacional, con sede en Estocolmo, sobre...